LOS AUTENTICOS DECADENTES
“Nunca perdimos ese espíritu de patear el tablero”
Este año cumplirán 25 años con la música. En esta charla cuentan la tarde del debut y la historia del grupo desde entonces
Por Felipe Deslarmes - miradasalsur.com
No siempre el nombre de un grupo define su estilo, pero en el caso de Los Auténticos Decadentes resultó ser una marca de fuego. El nombre de la banda que en septiembre cumplirá 25 años de su primera actuación surgió de un trío de amigos, todavía estudiantes de la secundaria que, sin dinero ni chicas, repetía “¡Qué decadencia!”.
Era 1986, y en el Colegio San Martín habían anunciado que en septiembre habría una peña y que tocarían todas las bandas que se anotaran. Gustavo Nito Montecchia y Gastón Francés Bernardou eran compañeros del mismo quinto año y amigos de Gustavo Cucho Parisi. Juntos, pasaban las tardes haciendo música. Y se anotaron. Entonces, salieron a pintar las paredes del barrio anunciando que tocarían Los Auténticos Decadentes. Pero, faltando dos semanas, cayeron en la cuenta de que tenían apenas dos temas y de que ellos sólo eran tres. Nito tenía un primo, Jorge Perro viejo Serrano que había estado tocando en Todos Tus Muertos y tenía unos cuántos temas propios. Así que lo invitaron a sumarse. Juntaron unos amigos más y ensayaron todos los días. Llegó la peña y subieron al escenario por primera vez. “El nombre estuvo pensado sólo para esa ocasión, pero después nos gustó y seguimos”, dice el Perro. Ése día, tocaron Divina decadencia, Loco tu forma de ser, Skabio, Pastas y vino, El Jorobadito y un rocabilly que nunca más se oyó. El público estaba formado, principalmente, por compañeros del colegio. “Jodíamos con que iba a llegar el día en que al bajar del escenario nos iba a esperar un auto lleno de chicas”, bromea Cucho. Y agrega: “Eran otras épocas. Queríamos trascender”.
Con relación al estilo, Cucho no duda: “Nunca fuimos ortodoxos. Por eso, que los estilos nos salieran más o menos, terminó marcando la diferencia”.
“Alguna vez –dice Nito- dijimos que éramos anarcotropicales. Queríamos romper las reglas y hacer lo que tuviéramos ganas, con el estilo que quisiéramos y sin límites. Eso era la anarquía para nosotros. Eso era muy punk. Pero además, sonábamos tropical y algo reggae-punk-ska”. Y subraya: “Nunca perdimos ése espíritu de patear el tablero, de irreverencia, de decadente. Hemos cambiado en otros aspectos pero seguimos siendo libres”.
La mayor parte del grupo no sabía tocar un instrumento y aprendió a tocar arriba del escenario. Cuando en 1990 quisieron grabar su primer disco, los rechazaron de todas las discográficas. “Éramos unos forajidos –recuerda Nito–. Íbamos a grabar y parecía que íbamos a una fiesta. Caíamos con damajuanas de vino, ginebra y asado frío. En medio de la grabación, el dueño del estudio nos quiso rajar, nos devolvía la plata, todo, pero quería que nos fuéramos. Por suerte se calmó y lo terminamos.”
Hoy recuerdan que el primer tema suyo que escucharon en una cancha fue la adaptación que la hinchada de Boca hizo de Vení Raquel. “Al principio sólo te suena –aclara Nito– porque la métrica está deformada, pero después lo reconocés y se te pone la piel de gallina. El segundo fue Loco tu forma de ser.” Y canturrea: “A mí no me interesa en qué cancha jugués; local o visitante yo te vengo a ver”.
A los dos años, después de varios cambios, ya estaban 11 de los 12 que hoy suben al escenario.
Desde entonces se manejaron con un criterio cooperativista de distribución: se reparte por partes iguales todo lo ganado. Así, juntos compraron una casa en Parque Patricios que refaccionaron y donde montaron un estudio que tiene espacio para quedarse a dormir, zapar o cualquier otra cosa. Es un espacio de contención grupal.
Cucho: –Aquellas primeras reuniones eran un descontrol total. Impresionante. Al principio era para hacer algo que nos gustaba y que nos permitía zafar un poco de la rutina… Y quedar bien con los amigos.
Francés: –La verdad es que no te das cuenta cómo se pasa el tiempo. Vamos tocando, haciendo lo que nos gusta… y ya van 25 años. Es muy divertido. Hemos tocado en todos lados, de Temperley a París pasando por bailantas santiagueñas.
–¿Cómo es tocar en una banda con tanta gente?
Cucho: –¡Un quilombo! Somos una convivencia de cosas opuestas y eso enriquece a la banda.
Nito: –Yo lo vivo como que somos una familia. Creo que somos un grupo especial por la cantidad y por cómo está conformado y porque hay algo que funciona, que sale bien.
Francés: –Tenemos gustos distintos pero eso nos une y, en Los Decadentes, hasta tiene una lógica. Cada vez estamos más vagos y los discos nos toman más tiempo. Pero tocamos y la gente le pone tanta onda que te lleva.
Perro: –A mí me gusta más laburar en el estudio, pero algo que me gusta mucho de subir al escenario es verle la cara al público. Ahí, no importa tu cansancio. Ése que fue a verte espera que le cantes. Ése es el momento de ponerme a trabajar, de darles alegría. Y el resultado es inmediato. Tenemos una perspectiva que poca gente tiene en sus trabajos.
Francés: –Y somos tantos que nadie nos conoce mucho; algunos han firmado autógrafos con nombres de los otros. Una vez, uno firmó Bob Marley.
–Antes de la banda, ¿alguno trabajó de otra cosa?
Cucho: –Éramos pendejos. La verdad es que nunca laburamos. Cuando uno se queja le recordamos: peor es la fábrica.
Francés: –Algunos fuimos cadetes, alguno laburó en un bar, alguno vendió pescado. Nito y Cucho vendieron ojotas en Laferrere, pero sólo para juntar guita para irse de vacaciones.
–¿Qué fue lo más loco que les pasó en un escenario?
Nito: –En 1988 no éramos para nada conocidos y nos habían invitado a un show en el Parque de la Ciudad adonde habían armado un escenario en una isla de un lago artificial. Éramos los últimos. Nos habían anunciado como un grupo de cumbia-rock. Tocamos dos acordes y empezaron a tirarnos naranjazos y piedrazos, pero como estábamos lejos nos llegaban como en cámara lenta y podíamos esquivarlos. No entendíamos nada. Hasta que empezamos a devolvérselos. Después, nos mezclamos entre la gente y preguntamos qué onda y resultaba que ésa era la joda. La gente ya había preparado naranjas, no importaba quiénes fuéramos.
–Tienen editados 14 discos, con decenas de hits. ¿Cómo es el proceso creativo? ¿Se sienten presionados a componer éxitos?
Cucho: –Y sí, se siente cierta presión. Pero es más interna, más de nosotros con nosotros.
Perro: –Por suerte, lo que hacemos, nos salió naturalmente. Nuestras canciones entrarían perfectamente en un cancionero de fogón. Tienen cierta profundidad, aunque mantienen una forma sencilla. Para nosotros la música es más celebratoria que llorona. Ya sabemos qué esperan de nosotros, aunque no nos condiciona. Yo no soy de estar todo el tiempo pensando en componer, lo hago cuando me lo impongo.
Nito: –Sucede que uno trae algo que creó y le damos forma entre todos. Pero a veces algunas vienen muy peladas. Antes de sacar un disco trabajamos los temas durante todo un año. Nos toma mucho esfuerzo. No tenemos la habilidad de tocarla y que salga bien en dos minutos.
Cucho: –A veces salen cosas que nos parecía que no iban porque eran obvias o cursis, pero quedaron y terminaron siendo las más divertidas, como lo de “se viene el tutá tutá” que resulta que prendió muchísimo.
–¿Cómo fue eso del tutá tutá?
Francés: –Salió de una joda: al principio decíamos que nuestro ritmo era una milonga-candombe y después jodíamos con que sonaba siempre así: tutá tutá…
Perro: –El Francés siempre decía que ése era el sonido de nuestras tumbadoras y que como no era cumbia, no era reggae, era… tutá tutá; que ése era nuestro ritmo.
–¿Por qué nunca incluyeron la política en sus temas?
Cucho: –Fuimos muy apolíticos, siempre. Participamos de eventos solidarios y por causas concretas. Esa es nuestra forma de hacer política. No seguimos a nadie. Y pasa que si nosotros dijéramos algo no nos lo creerían. Bersuit lo ha hecho mucho mejor.
Perro: –Fue una decisión natural. No nos sale así. Siempre lo hemos visto como de mal gusto esto de ser panfletario.
Nito: –Somos un grupo con muchos individuos y no todos pensamos igual. Aparte, desde el lugar en el que estamos, nos parece que no está bien bajar línea. Uno puede militar, pero de manera personal, no con el grupo.
–¿Qué grupos nuevos les gustan?
Cucho: –A mí me gustan Él Mató a Un Policía Motorizado, Banda de Turistas, Los Caligaris. Me gustan las bandas under que transmiten algo original y que tienen un mensaje, lo que sea, pero que sea creíble.
Nito: –Me gusta Jimena López Chaplín. Hemos dado muchas manos a grupos nuevos. Pero últimamente no veo muchas bandas que me sorprendan.
Perro: –No soy de ir a ver muchos grupos. Vivo en Villa Gesell. Me gusta más el contacto con la naturaleza. De Banda de Turistas me gusta el humor increíble y una forma de tocar muy letrada, muy personal; rarísimo. Me encantó.
VUELVE BERSUIT VERGARABAT
Nuevamente crece cada vez más el rumor de que Bersuit Vergarabat volvería a juntarse para pisar un escenario.
Según la página Bersuiteros.com, tras casi dos años de su último recital y de haber encarado distintos caminos, la mayoría de los integrantes de Bersuit se encuentran planeando la vuelta de una banda que marcó una época en la última década del rock nacional.
El único detalle, y no menos importante, es que la banda volvería a tocar sin la presencia de Gustavo "Pelado" Cordera.
En algunas semanas saldría un comunicado en la Web Oficial de Bersuit Vergarabat anunciando la vuelta en estas condiciones.
DIVIDIDOS VUELVE AL ND ATENEO EN FORMATO ACÚSTICO
La aplanadora del rock tocará el 8 y 9 de Marzo en el Teatro ND Ateneo en formato acústico
Luego de un comienzo de año movido para el power trío, que empezó el año con todo tocando en el Teatro de Flores y repetirá el 26 y 27 de Febrero en ese mismo lugar, se tomarán ese doblete en Marzo para bajar decibeles y repetir la experiencia que quedó registrada en "Vivo Acá", CD en vivo editado en 2003.
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