OVEJA NEGRA
El grupo de rock que tuvo notoria actividad entre los años 1982 y 1984, acaba de lanzar un nuevo álbum de estudio, "Mientras vamos viajando". Con los mismos integrantes, Aníbal Forcada, Osqui Amante y Willie Campins, y su clásico enfoque musical con especial énfasis en las armonías vocales, la banda lanza este nuevo álbum, con producción propia, composiciones inéditas y numerosos invitados especiales, registrado en el Estudio Del Arco. Oveja Negra ya está preparando la presentación de "Mientras vamos viajando", que se realizará en el ND Ateneo de la Ciudad de Buenos Aires, el 1º de diciembre de 2011. Al mismo tiempo, el grupo participa de la filmación del documental "Blues de los plomos" que, con dirección de Paulo Soria y Gabriel Patrono, están realizando en asociación las productoras La Nave de los Sueños y Farsa. Oveja Negra fue fundado en 1982 por Aníbal Forcada, Osqui Amante y Willie Campins. Si bien, los tres integrantes tienen una carrera musical anterior, el grupo pertenece a esa oleada de nuevas y variadas bandas que surgieron con el retorno a la democracia y, debido a ciertas influencias y a su énfasis en las armonías vocales, fueron identificados con la corriente de la música folk, aunque el estilo del grupo fuera, en realidad, más abierto. Oveja Negra comenzó actuando en el circuito de pubs de Buenos Aires y alrededores, y se presentó en el Festival de La Falda en el verano de 1983. Durante el invierno de ese año, grabó su primer álbum, "Orsai", que fue presentado en el estadio de Obras Sanitarias el 3 de septiembre. En 1984, entre múltiples actuaciones en variados escenarios del país, tocaron como soporte de Nito Mestre en el estadio de Vélez Sarsfield y más adelante ese mismo año, participaron del espectáculo "Porque Cantamos", junto a Celeste Carballo, Nito Mestre y Juan Carlos Baglietto, realizando una gira nacional con dicho espectáculo, que culminó en un concierto con tres funciones en el Teatro Coliseo, que se grabó en vivo y se editó como álbum doble ese mismo año. Luego de esa carrera, relativamente corta pero vertiginosa, el grupo se disolvió, y Aníbal, Osqui y Willie continuaron con carreras musicales independientes, aunque en 1990, fueron invitados por Mercedes Sosa a participar en un importante concierto con tres funciones en el Teatro Gran Rex, funciones que fueron grabadas, resultando en el álbum en vivo "De mí", que cuenta con las voces de los Oveja en tres temas. En 2008, los mismos tres músicos empezaron a reunirse con la idea de volver a hacer música juntos por el simple placer que significa. De a poco empezaron a surgir nuevos temas y comenzaron a grabarlos con el aporte de numerosos músicos invitados, entre los cuales figuran su propios hijos. Y también apareció naturalmente la idea de reunir esos temas nuevos en un álbum, "Mientras vamos viajando", que están terminando ahora. La variedad estilística de las canciones hace difícil clasificar al grupo en una corriente, pero el hilo conductor de las armonías vocales y la idea de que un grupo es más que la suma de las partes, sigue siendo el centro energético que soporta también este nuevo proyecto.
CARAJO
Comenzó una gira internacional para presentar su nuevo disco
Carajo comenzó una gira para presentar "El mar de las almas", su nuevo disco, que recibió una nominación a los Premios Grammy Latinos 2011 a la “Mejor Canción de Rock” por su tema “Ácido”.
"Venimos de un año con mucho trabajo y satisfacciones donde la nominación para el Grammy es un premio extra, pero por eso es que nunca dejamos de tocar", comentó Marcelo Corvalán, el cantante y bajista del grupoo, en una entrevista.
Carajo, que el sábado pasado tocó en Washington DC y el día siguiente e Nueva York, se prepara para actuar en el Gimnasio Municipal Perito Moreno de Santa Cruz en una Muestra Itinerante Abuelas de Plaza de Mayo de Mar del Plata, junto a Espíritu Combativo el próximo 18 de noviembre. El grupo además tiene previsto hacer shows en El Arca de Caleta Olivia (19/11), la Escuela 749 de Comodoro Rivadavia (20/11), Metrópolis de Madryn (23/11), Abbey Road de Mar del Plata (24/11), Museum de Tandil (25/11) y Om Bar de Necochea (26/11).
Carajo además hará recitales en diciembre y ya tiene programadas fechas en Entre Ríos, Misiones, Paraguay y Chaco. El cierre del año será en el Teatro Flores de la Capital Federal el próximo 16 de noviembre.
"Durante el verano vamos a seguir con los conciertos por el país y algunas fechas en el exterior y ya estamos pensando en el nuevo disco, aunque sentimos que todavía `El mar de las almas`, tiene mucho para dar", aseguró Corvalán.
LA FRANELA: OPTIMISTAS DEL ROCK
La Franela de Piti Fernández presenta disco. El músico dice que ahora puede trabajar en paz y armonía.
Por Pablo Leites Suplemento VOS
“A los que se fueron, a los que llegan. A Tavo Kupinski. A Danilo Fernández”. La dedicatoria en Hacer un puente, segundo disco de La Franela, explicada por Daniel “Piti” Fernández, pone la piel de gallina. “Tavo y mi hijo Danilo coincidieron en este mundo apenas 17 días. Cuando vino por casa a dejarme unos regalos para él, recién nacido, aproveché y lo senté a grabar algo en un bandoneón Doble A que él me había regalado y yo no sé tocar. Esa fue la última vez que vi a Tavo”, recuerda desde su casa / sala de ensayo en el barrio de Caseros. Esa grabación hecha por el fallecido violero de Los Piojos es lo que se escucha al final del disco, a modo de homenaje.
Pero si hay algo que caracteriza a Piti es justamente su optimismo. En los tres años que lleva como cara visible de La Franela ha conseguido afianzar un proyecto que consiguió, además de colar temas en alta rotación y que exista un público “franelero”, que un sello discográfico apueste (en época de vacas flacas) a una idea que no nació con pretensiones de masividad.
“En general, si la compañía está contenta, es un indicador de que está bueno lo que hacés. De este lado, te digo que estamos muy bien como grupo humano, nos divertimos día a día y la pasamos bárbaro, tanto que ya estamos componiendo para el tercer disco. Ni en pedo es el norte que el sello esté conforme, pero conozco bandas cajoneadas por compañías, y en nuestro caso están todos enchufados con nuestras ideas, con lo que sale de La Franela”.
–Buena dinámica en poco tiempo, es lo que consiguieron...
–Será porque yo no hice casting para encontrar a mis músicos sino que ya éramos amigos, será que no hay nadie que elija las canciones, que no hay un filtro ni tienen que pasar por mí, se tiran arriba de la mesa y compiten entre ellas. Pero además creo que Hacer un puente es menos un viaje mío (como sí fue el primer disco) y más un trabajo colectivo para el que nos tomamos un año.
La referencia, cómo obviarla, es al funcionamiento de Los Piojos, y a las declaraciones cruzadas con Ciro. “Dice que él tenía que cobrar más porque hacía todo. Hay un detalle: hacía todo porque no le gustaba nada de lo que hacían los demás. Si querías diseñar una remera, tenías una idea para escenografía o una canción, tenías que pelear con Ciro. Por eso hacía todo, no porque los demás tuviéramos el bocho quemado”.
–No hoy, pero un día en el futuro ¿te sentarías a tomar un café con Ciro y poner blanco sobre negro?
–La verdad que sí. Si yo me junto con Ciro a recordar la parte linda, terminamos abrazados. Pasamos cosas alucinantes, man. Yo tengo lo que tengo gracias a Los Piojos, y Ciro es un porcentaje de Los Piojos. Lo que no compro es que él fuera todo. Éramos todos. El carisma de Micky, lo que tocaba Tavo, la cabeza organizadora de Pocho, lo que yo ponía… ¿O acaso el Barcelona es solamente Messi?
A LEÓN LE PIDO
A punto de cumplir 60, León Gieco editó “El desembarco”, un disco en el que revisa su propia historia y el pasado reciente de la Argentina.
Por Germán Arrascaeta – Suplemento VOS
León Gieco lanza nuevo disco después de seis años. Ese tiempo separa al precedente Por favor, perdón y gracias del reciente El desembarco, aunque en el medio no hubo años sabáticos, sino solidaridad y militancia pro Derechos Humanos. Todo eso hubo, además de una revisión exhaustiva de su obra que se tradujo en discos triples, documentales y demás.
La aparente dispersión es lo que paga un Gieco consecuente con lo que expresa. “Me gustaría que pase menos tiempo entre discos. Tengo planes para que no vuelva a pasar”, despacha el cantautor a punto de cumplir 60. E inmediatamente se predispone a contestar lo que se requiera con respecto a El desembarco, una obra a la que considera “de garage”.
“Quería grabar así porque ese es el sonido que tienen los discos de fines de los ‘60 y los ‘70 que me gustan; en ese período se creó la música que me marcó”, ilustra. Luego reivindica el pulso del baterista norteamericano Jim Keltner, que colabora con él desde hace 15 años, y de los otros músicos de primera línea que agrupó en el mítico estudio East-West, de Los Ángeles. Hablamos de Jimmy Johnson en bajo, y de los guitarristas Deán Parks y Mark Goldenberg. “Grabé con esos monstruos en vivo, utilizando cinta abierta y micrófonos antiguos con la idea de captar la sonoridad de esa época tan alucinante”, añade, a tono con Jack White, un clasicista que evita computadoras y tratamiento digital. El ítem “retro” se agota con la foto de tapa, que tiene a León con una eléctrica de caja. ¿Acaso abandonará en vivo su acústica fileteada? “No, para nada –contesta–. La viola de la tapa es la que usaba Edelmiro Molinari, en Almendra. La tengo en mi casa y quería una foto con ella para seguir con la reivindicación de los ‘60 y ‘70. Porque Almendra era todo”.
El desembarco tiene motivaciones personales ( Ella está dedicada a su madre fallecida), otras que atienden su propio instinto (sonar a la manera de los años ‘70) y una última de carácter histórico, que le da sentido al título. “El desembarco es porque, como canto en la canción homónima, ‘hay quienes desembarcan con un grito, sin armas y por la vida’. El desembarco llamaron las Madres de Plaza de Mayo a su acción de entrar en la Esma. Todas las fotos del booklet fueron tomadas en ese lugar signado por la muerte, convertido en un campus de la memoria”, explica.
A apropósito, es inevitable preguntarle a León por las sentencias en la causa Esma. “¿Cómo creés que estuve? Fue uno de los días más felices de mi vida”, repregunta y se contesta. Sobre cómo tomó que el represor Astiz se haya besado la escarapela, un símbolo patrio, León declara sin diplomacia: “Que se vaya a la concha de su madre. No me importa analizar sus actitudes. No merece un minuto de mi tiempo”.
Argentinidad, al palo
El desembarco, además, continúa con profundos análisis sobre el ser nacional. En ese plano se destacan el retrato del egoísmo argento de El argentinito y la canción Bicentenario, compuesta junto a Raúl Porchetto y en cuya grabación León reunió a PorSuiGieco. En la letra de esa pieza se alude a la inevitable alternancia de luz y oscuridad en 200 años de historia como patria. León: “Con Raúl pensamos que no hay mucho para festejar. No voy a festejar a Julio A. Roca, ni a las dictaduras militares, ni la década menemista. Tenemos que referirnos a esa alternancia”.
Gieco considera al presente como luminoso, lo que hace suponer que, siguiendo la lógica de la historia, se viene un período sombrío.
“Si pensás la historia latinoamericana, debería ser así. Pero primero vivamos esta luz. No obstante, tenemos que bajar el copete y dejar de pensar que tenemos un gobierno que puede mirar de arriba la crisis europea y estadounidense. Guarda con eso”, expresa.
“Conviene creer que este gobierno es un primer escalón para seguir subiendo en términos de progresismo real. Porque entre el 54 por ciento de la presidenta y el 16 de Binner, un 70 por ciento votó a un candidato progresista. Y si seguís bajando, hay un radical, Alfonsín, que no será un gran político pero no es una persona corrupta. Los opositores recalcitrantes y sin propuestas, como Duhalde y Carrió, sacaron muy pocos votos. Pienso que el argentino aprendió a votar, ¿no?”, redondea.
–¿Por qué reunir a PorSuiGieco?
–Con Raúl grabamos la versión elegida por Canal 7 para hacer los cortes en el día de la fiesta del Bicentenario. Como quería tener la mía, me acordé de Diego Capusotto, el único que rescató a PorSuiGieco en todos estos años. Él creó un personaje barbudo, de pelo largo y todo grasiento que, debajo de las revistas Pelo, tenía nuestros long plays. Reuní a PorSuiGieco como gesto de gratitud con Capusotto.
–Es curioso el uso del acordeón. ¿Lo podés capitalizar para una cumbia como “Hoy bailaré” o, como Dylan en “To get her”, para mecer un folk tal cual lo hacés en “Ella”.
–De Dylan uso todo (risas). Dylan es mi hermano; o yo soy su hermano no reconocido (más risas). El acordeonista es americano también.
–¿Cómo lograr que se latinicen músicos gringos?
–Te doy un ejemplo. Hoy bailaré, que es un híbrido, al momento de grabarlo Keltner me dice “¿y esto cómo lo toco?”; y le digo “tenés que tocarlo como un tema que vos grabaste con Ry Cooder, Down in Hollywood”. “Ahhh, all right”, me contestó y tocó exactamente lo mismo. Otro dato, para darle más toque latino a ese tema, llamamos a Luis Conte para que con sus congas le pusiera algo de cumbia. Y al triple colombiano lo ejecuta Deán Parks sin dramas. Hablamos de gente con demasiado oficio.
–Tanto en “Ella” como en “El argentinito”, es impresionante cómo te expresás. Deben ser los máximos gritos de tu obra.
–Grité un poco en el disco de D-Mente. Y mucho más cuando fuimos soportes de Metallica, ¿viste? Tenés que pelar con esos chabones (risas). Grito por dolor en la primera, y por indignación en la segunda. Cada letra me pidió eso.
–“8 de octubre” resulta de una colaboración con Spinetta. ¿Cómo fue escribir para él?
–Se dio naturalmente. Un día me llamó Dante para un video y me dijo “por ahí viene mi viejo”. No tenía una relación muy fluida con Luis. Nos conocíamos y nos respetábamos. Lo veo y me dice “estoy grabando una canción para homenajear a dos grandes. Guitarra, que es tuya y de Yupanqui”. “No puedo creer lo que estás diciendo. Es un chiste”, le contesté. Porque que me lo diga Spinetta... Después de que le agradecí, me dijo que tenía una melodía para que le pusiera una letra relacionada al 8 de octubre, el día de la tragedia vial de los chicos de Santa Fe. Le encantó lo que hice respetando mi instinto, y hasta la grabó en Las Bandas Eternas, ese show glorioso que hizo en Vélez. Me llevé una maqueta para hacerla con los americanos, y descubrí en un canal oculto la voz de Luis. Le pedí la autorización para usarla. Me la dio, lo sumé al disco.
Lo que viene
–¿Hay quienes se quejan porque tardás en entregar discos nuevos?
–Son los que no me siguen de cerca y no saben que en estos seis años propuse Por partida triple (disco de antología), trabajé en el proyecto inclusivo Mundo alas, hice su película, también los 18 capítulos para el Canal Encuentro sobre Ushuaia a La Quiaca y un disco con D-Mente. Trabajo todo el tiempo. Y el año que viene haré tres discos más.
–¿Tres?
–Tal cual. Uno será Soportando a Dylan (grabado cuando abrí para él en Vélez Sársfield), un compilado llamada Verdaderas canciones de amor y otro Por partida simple con colaboraciones con otros artistas. Además, está la posibilidad de que me produzca un colaborador de Dylan. Me gustaría componer nuevas canciones para que él me produzca. Pero no sé, nadie me corre. Voy tranquilo.
El baterista de la pensión
Jim Keltner lleva más de una década colaborando con León, con quien está relacionado de una manera especial. “Es el baterista de Bob Dylan, el que acompañó a Lennon en Imagine, el que tocó al lado de Ringo en el Concierto para Bangladesh, organizado por George Harrison. Jim es el baterista de todos los discos de Ry Cooder (soy muy fanático de Ry Cooder), el de Willie Nelson, el que completó a The Traveling Wilburys”, detalla León entusiasmado, y al toque tira “el” dato curioso: “Fue el primer baterista que sonó en mi pensión”.
-¿Cómo?
-Cuando me vine a vivir en Buenos Aires, y escuchaba discos en un Wincofon, fue el primer baterista que sonó ahí. Y te cuento por qué. El primer disco que compré fue Freewheelin de Bob Dylan, y no había baterías allí porque es todo armónica, guitarra y voz. Pero por la revista Pelo me entero que, como se había ido McCartney de los Beatles, John Lennon quería reemplazarlo con un amigo suyo que se llamaba Harry Nilson. Entonces, decidí ir a una disquería a comprarme un disco de Harry Nilson, para ver qué onda.
-¿Y entonces?
-Pasaron 40 años y grabo con Keltner por primera vez. Sabía casi todo con respecto a él, pero cuando lo googleo para dar un perfil más completo, leo que el muy hijo de puta había tocado con Harry Nilson. Cuando llego acá, voy a mi pila de long plays y encuentro el vinilo que me había comprado en los ’60... ¿Y quien figura en los créditos como baterista? El fucking Jim Keltner.
“Canté con Bono, pero me perdí el show de U2”
León fue “el” invitado de U2 durante su última visita. Cantó junto a Bono Sólo le pido a Dios, sin ensayo y con adrenalina a full. “Estaba en Chaco y me dicen que los U2 me invitan a ver su show. Hago un viaje relámpago, llego, me ubico y me tomo unos vinitos”, relata León.
“En eso viene su mánager y me dice ‘Bono lo quiere saludar’. Llego a él y me tira ‘cantemos algo’. Me bajó la presión... ‘Cantemos algo de Lennon’, insistió. ‘Ni en pedo, en inglés no puedo’, le dije”.
–¿Cómo se resolvió todo?
–Cuando faltan 10 minutos, bajamos al camarín y les pregunta a los otros tres “¿Qué puedo cantar con él?”, y los chabones le dicen “hacé lo que quieras”. Y ahí le recordé que, en una visita anterior, él había intentado cantar Sólo le pido a Dios. Se la canto con la acústica de The Edge y me grita “¡¡¡Mercedes Sosa!!!”. Le conté que era el autor y alucinó. Y empezó el show y me tuve que quedar en el back a esperar mi turno. Así que canté con Bono, pero me perdí el show de U2.
CHARLY ALBERTI: "A CERATI HAY QUE DEJARLO IR, O VENIR"
Charly Alberti, ex baterista de Soda Stereo, expresó su tristeza por el estado de salud de Cerati, a quien considera su hermano. Mirá el video.
Por Redacción VOS
El estado de salud de Gustavo Cerati volvió a ser tema de conversación de quien fue su compañero de banda y uno de sus amigos más cercanos durante la existencia de Soda Stereo: Charly Alberti.
En una entrevista con el canal Quiero Música, el batero del trío que hizo historia con una gira de regreso a nivel continental en 2007 puso en palabras bastante fuertes lo que siente respecto de la convalescencia de Cerati, a quien considera “un hermano”.
“La verdad es que hay días que me siento muy mal. Opté por no ir a verlo porque quedo 15 días ‘out’, me hace muchísimo daño. Y lo único que espero es que esto termine rápido, por Lilian, Laura, los hijos y los fans. Esto se está poniendo largo y me parece que él no merece que esto sea tan largo”, dijo Alberti, para agregar: "Definitivamente, yo veía a Gustavo como mi hermano mayor. La relación era de respeto, de cariño y de pelea; la relación que le pasa a un par de hermanos. E inclusive el no hablar"
Y al cerrar el tema, dijo la frase que caló hondo en los fans de Soda y de Gustavo: “Me parece que hay que dejarlo ir… o venir”, tiró el músico. Podés ver acá la entrevista completa, en la que Charly se refiere también a Mole, su proyecto solista
El último comunicado subido a la página oficial de Gustavo Cerati corresponde al 11 de agosto de este año, día en que cumplió 52 años. “Queremos contarles que se mantiene estable y no se produjeron cambios significativos en su estado. Sin embargo, no perdemos las esperanzas y perseveramos en ofrecerle los mejores cuidados que le puedan ser brindados”, dice.
INDIO SOLARI
"Noto que desaparecí de las cortinas de algunos noticieros"
El mítico cantante de los Redondos, volvió a dar referencias políticas, habló de las elecciones y de su afición a 678. En octubre "no hubo muchas opciones electorales" dijo.
www.diarioregistrado.com
Carlos "Indio" Solari dijo, ante la pregunta si sentía que sus canciones eran utilizadas políticamente: "Y... desaparecés de las cortinas de los noticieros de algunos canales".
El mítico cantante de los Redonditos de Ricota, Carlos "Indio" Solari, fue entrevistado por Mario Pergolini en la radio Rocj and Pop y ante la pregunta de si siente que sus canciones son utilizadas políticamente respondió "y.. desaparecés de las cortinas de los noticieros de algunos canales".
Como el conductor se manifiesta contrario al gobierno intentó cambiar el tema, pero el "Indio" aseguró que "no hubo muchas opciones electorales" en referencia a los comicios presidenciales llevados a cabo el 23 de octubre y por el cual la presidenta logró alzarse a una segunda vuelta con un amplísimo margen sobre la oposición.
La entrevista continuó pero orientada a la carrera musical del "Indio". "El de Tandil va a ser el último show de este año y posiblemente del año próximo. Como mucho tocaremos a fin de año. Porque voy a parar para grabar un nuevo disco. Hay algún vivo que anda diciendo que puede haber uno en Junín, a principios de 2012. Lo desmiento" expresó.
"No elijo el listado de temas. Lo hacen los músicos. Me lo pasan y yo hago retoques. Hay canciones que se hicieron en un contexto que ahora no me gusta tocar o que sí. Por ejemplo, tengo ganas de tocar 'ahora tiro yo porque me toca' (del tema Vencedores vencidos)" agregó.
Sobre su percepción de los show manifestó tenerle "fobia a la multitud, a la gente". "No podría estar jamás en un recital mío, entre la gente, saltando, bailando, en el pogo. Ni en pedo. Tengo muchas fobias" dijo.
Carlos "Indio" Solari, fue entrevistado por Mario Pergolini en la radio Rock and Pop y ante la pregunta de si siente que sus declaraciones son utilizadas políticamente respondió "y.. desaparecés de las cortinas de los noticieros de algunos canales".
"Lo que más noto que desaparecí de la cortina musical de los noticieros, y en otros lados te pasan más" dijo y agregó: "También hablan de contratos, yo no necesito ningún contrato del Estado ni nada para funcionar".
Además remarcó que en octubre "no hubo muchas opciones electorales", por lo cual la presidenta logró alzarse con un amplísimo margen sobre la oposición.
También dio sus opiniones políticas y su afición hacia el ciclo televisivo 678. "Debe existir una separación entre el ciudadano y el artista, el artista no debe formar parte del sentido común (...); no creo en el artista militante. Voy a hablar como ciudadano: creo que ha habido un gran desprestigio de tipos inteligentes por defender causas sin argumentos; y en 678 hay argumentos", dijo.
La entrevista continuó pero orientada a la carrera musical del "Indio". "El de Tandil va a ser el último show de este año y posiblemente del año próximo. Como mucho tocaremos a fin de año. Porque voy a parar para grabar un nuevo disco. Hay algún vivo que anda diciendo que puede haber uno en Junín, a principios de 2012. Lo desmiento" expresó.
"No elijo el listado de temas. Lo hacen los músicos. Me lo pasan y yo hago retoques. Hay canciones que se hicieron en un contexto que ahora no me gusta tocar o que sí. Por ejemplo, tengo ganas de tocar 'ahora tiro yo porque me toca' (del tema Vencedores vencidos)" agregó.
Sobre su percepción de los show manifestó tenerle "fobia a la multitud, a la gente". "No podría estar jamás en un recital mío, entre la gente, saltando, bailando, en el pogo. Ni en pedo. Tengo muchas fobias" dijo.
EL NATTY COMBO HABLA SOBRE EL REGGAE
Sergio Colombo fue saxofonista de Dancing Mood, Los Cafres, Mimí Maura, tocó con Rico Rodríguez y lo hace en la banda del Indio Solari. Pero decidió abrirse sólo. “Tenía ganas de hacer mis canciones”, dice al NO.
Por Brian Majlin – Suplemento NO Pagina/12
Maru se acomoda los rulos, saca la carpeta, mira al profesor y resopla. Guarda un lápiz, cierra la carpeta y exhibe trofeos: calcomanías de bandas. Ella es de Pacheco, pero todas las carpetas de todos los estudiantes de todas las secundarias de todos los mundos tienen algo en común. Calcomanías o logotipos: nombres de bandas que adoran. El profesor lee una, lee dos y, resignado ante el abismo generacional que han abierto los nombres que no conoce, pregunta: ¿Qué es El Natty Combo?
–Ah, reggae, esa onda.
El profe se sorprende. Había rock nacional, había cumbia –villera o no– y algo de punk, pero en el conurbano –y quizá en todos lados– el reggae va copando. ¿Será un boom o algo duradero? ¡Averiguadlo, a caballo de uno de sus exponentes! En Flores, plena Capital, el reconocido saxofonista de la escena reggae local, Sergio Colombo -–hoy saxo y voz de El Natty Combo– recibe al NO para disipar las dudas del profe. “El reggae se expandió para todos lados. Puede que sea un boom, pero en todo el mundo. Hay festivales en Europa o Japón. Y acá laburamos mucho, eso da una pauta. Es bueno, porque es una música que hace bien y todos deberían escucharla.”
–¿Porque hace bien?
–Por lo que genera, te hace bien al corazón. Lo digo porque soy muy fanático, pero es así. Hace bien al alma.
–¿Algo que ver con la filosofía rastafari?
–No, por la música. He conocido jamaiquinos y rastafaris de acá y de allá, pero no creo mucho en eso. Ni ellos se la comen. Hay que ser buena persona, después ponele el mote que quieras.
–Hay algo de marketing...
–Y... es muy versátil. Uno fuma el otro no, uno vegetariano, el otro come verdura y pescados. Uno cree que los rastas son todos hippies que comen verdura, pero no. Algunos sí –ríe–, pero no todos. A nivel musical el reggae te eleva y te transporta. Cerrás los ojos y te sentís como en la playa, al aire libre. Una energía hermosa.
–¿Por eso el nombre del último disco (El Don)?
–Habla de eso. De la suerte de estar bendecidos con el don de disfrutar el reggae. Yo doy gracias a dios por ser fanático de esta música que hace tan bien.
–¿Y qué les decís a los que lo sienten monótono?
–Capaz algunos se aburren y dicen que todo es la misma mierda, pero allá ellos, se la pierden. El reggae tiene matices, es maravilloso. Lo otro son prejuicios...
–Otro prejuicio es que es música de y para fumones...
–Y... está muy asociado. Es el folclore de un lugar donde fuman todo el día y los que la hicieron fumaban, pero se puede despegar. Si fumás es más lindo tocar y escuchar, pero podés disfrutarlo sin fumar, es otro mambo. Los prejuicios encasillan a los hombres. Hay infinitas razones para sostenerse en lo que a uno le va bien.
Sergio Colombo fue saxofonista de Dancing Mood, Los Cafres, Mimí Maura, invitado a tocar con figuras de la talla de Rico Rodríguez y hoy toca en la banda del Indio Solari (ver recuadro), pero decidió cortar lo seguro. Decisión tan ilógica como explicable. Al menos por él: “Tenía ganas de hacer mis canciones. Tocaba con muchas bandas, pero era instrumental, o no era mía o cantaba una mina. La única forma de hacer lo que quería fue armando mi banda”.
Al principio se juntó con “músicos prestados”, como dice. Ensayaban cuando podían. Pero hace tres años armó la banda fija. Estable, digamos. Con Javier Blanco (Guitarra), Juan Glikín (Batería y Percusión), Darío Chamisay (Guitarra), Emiliano Casella (Bajo), Ignacio Venutti (Teclados) y Luca Ferrelli (Trombón). “Me cuesta mucho ser líder. También aprendí y me enriquecí mucho al componer. Uno se pone más observador”, explica, mientras hace un recuento de autores que lee o ha leído. Eduardo Galeano, que le gusta mucho. Algo de Mario Benedetti y su poesía. De a poco, le hicieron valorar la letra y tener ganas de decir. “Empezamos haciendo instrumental porque me costaba componer letra”, cuenta. Y añade: “Después me sentí bien al componer canciones. Me enriqueció”.
–La plata y el arte se llevan mal. ¿Y la mezcla con la política?
–¿Viste qué raro? Es inédito. Hay músicos demasiado jugados. Para mí no tienen un joraca que ver el rock y la política. A mí no me interesa porque mucho no entiendo. Los políticos son una manga de sátrapas.
Haber sido viento de músicos reconocidos le permitió mostrar su proyecto. Pero no olvida su pasado de humildad y recoge el guante de los que aún “pagan para tocar”, esa cosa “inexplicable y miserable”, según cuenta. La humildad regresa a la sala de ensayo de Flores. Sergio explica cuánto ha aprendido y trasladado de las diferentes bandas por las que pasó. “También aprendés lo que no hay que hacer, eh”, se ríe. A la salida manguea un pasaje en bondi. Está por subir con el profe al 92.
“Largué todo, pero al Indio no pude decirle que no”
Hay figuras fuertes en el mundillo artístico. Hay importantes. Otros relevantes. Y están los imprescindibles, estirando a Bertolt Brecht. Pocos que tienen nombre propio, fuerza, potencia. Basta con decir “Indio” y todos saben de quién se trata. Sergio largó todo para dedicarse a El Natty Combo. Pero un llamado lo hizo flaquear. “Largué todo y concentro en el Natty, que es lo mío, pero al Indio no pude decirle que no. Soy fanático de Los Redondos y, como toca una vez al año, no es mucho.”
–¿Qué se siente con él?
–Es una bola de energía que te pega y te tira para atrás. Te deja un par de días liquidado. No podés bajar en un ratito, es súper intenso. Son 100 mil tipos mirándote y saltando a la vez.
–¿Y qué te aporta el Indio?
–Es muy culto, respetuoso, amable. Yo aprendí mucho ahí, con la banda en general. De cómo laburan, de los arreglos. El Indio es muy trabajador. Cada uno de ellos –Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado– son músicos regrosos. Y a veces pienso: ¿qué hago yo acá?
* El Natty Combo despide el año el sábado 19 de noviembre en La Trastienda (Balcarce 460, San Telmo). A las 23.30.
CATUPECU MACHU SOBRE “EL MEZCAL Y LA COBRA”
Unos animales
Este exótico animal que nunca existió vuelve a cambiar de piel, y renueva integrantes. Su flamante trabajo es resultado de un retiro –esta vez en la ciudad– donde se conjugan los deseos con una cierta complejidad retórica.
Por Lucas Kuperman y Mario Yannoulas – Suplemento NO Pagina/12
“Son las mejores papas que vas a probar en tu vida.” Fernando Ruiz Díaz está sentado en uno de sus refugios predilectos: un restaurante de Recoleta especializado en comida norteamericana. Las fritas llevan queso, panceta y cebolla de verdeo. “Y son de verdad, no las congeladas”, anticipa, con la jactancia del habitué. Pero la escena es algo más amplia. La mesa es grande, y junto a él están sus compañeros de aventuras, un grupo que ha sido desanudado y vuelto a anudar más de una vez.
A sus espaldas, una ventana amplia desnuda la solemne entrada del cementerio de la Recoleta, que está siendo empapado por una lluvia intransigente y hace que la escenografía parezca ideal. “Son las cruces de un cementerio / las que dicen y cuentan / que estamos acá”, canta Fernando en Metrópolis Nueva, primer corte de El Mezcal y la Cobra, séptimo disco de estudio de Catupecu Machu, una nueva marcha lunática de doce piezas que vio la luz hace semanas. “Tengo fascinación por los cementerios. Desde lo arquitectónico, hasta pensar que estamos acá tomando una birra, pero pase lo que pase terminamos ahí (se da vuelta y señala). Eso siempre lo vi. La frase se me ocurrió cuando salíamos de Nueva York después de masterizar el disco anterior. Estábamos cruzando el East River y debajo de ese puente hay un cementerio donde están enterrados varios próceres. Miré para atrás y dije: ‘Qué lindo Manhattan’. Saltó el taxista, un puertorriqueño que había ido a Estados Unidos a comprar el auto y el microondas, pero se quejaba de que tenía que trabajar mucho. Yo le dije ‘¿Sabés de dónde venimos nosotros, papá? De la Argentina. Allá tenés que laburar de verdad, es todo muy difícil, así que no te quejes porque al final todos terminamos ahí’, señalándole el cementerio. En el avión de vuelta escribí esas líneas, que son una imagen en tiempo real”, narra el guitarrista y cantante.
El exótico animal que nunca existió volvió a cambiar de piel. Dos piezas importantes se apartaron del camino: Fausto Lomba, manager histórico, y Javier Herrlein, baterista germinal y legatario de Abril Sosa desde Cuadros Dentro de Cuadros. Los suceden Pablo “Doc” Mayer y el ex bajista de Cuentos Borgeanos Agustín Rocino, hoy a cargo de la batería (ver aparte). Los siguen acompañando el tecladista, samplerista y productor Macabre, y el bajista y guitarrista Sebastián Cáceres. Además, Gaby Ruiz Díaz completa la formación como un gurú espiritual, cuyas enseñanzas durarán unos cuantos años más. “Los cambios son inherentes a la vida de todos los seres humanos y Catupecu no es la excepción a la regla. Los orientales dicen que crisis es oportunidad, entonces hay que ver las dos caras. Siempre ha habido cambios, a veces son buscados y otras simplemente suceden. Hay que verlo como que es lo que tiene que pasar, y este cambio fue positivo para Catupecu”, revela Fernando.
–¿Estos cambios fueron buscados o inevitables?
Fernando: –Es muy lindo ver la historia de U2, que están con el mismo manager desde que empezaron. En nuestro caso se dio de otra manera y no fue buscado. Sí buscamos separarnos porque había conflictos. Es buenísimo lo que estamos viviendo actualmente con Pablo, nuestro nuevo manager, y con Agus. Creo que el único cambio que no se hubiera querido nunca fue lo que pasó con Gaby, pero bueno... pasó.
Macabre: –Lo buscado fue cambiar para estar mejor. Todas las rupturas son dolorosas para los dos lados. No vamos a entrar en detalles, pero creo que logramos mejorar desde lo anímico y espiritual. Fer supo ver muy bien la necesidad de bajar toda esa energía en un disco en el momento ideal, porque los planes de grabar estaban para más tarde, pero se adelantaron unos meses para que esa nueva energía pudiera quedar plasmada.
Fernando: –Volvimos de vacaciones, y en tres días nos separamos del manager y el baterista. A la semana estábamos empezando a grabar el disco.
El Mezcal y la Cobra fue entonces la válvula de escape. Puesto a rodar, suena como el diario íntimo de un colectivo que busca en la convulsión el combustible de su persistencia. Secuencias electrónicas y riffs dignos de hard rock conviven sin hacinarse, y la lengua exótica del cantante y guitarrista esta vez se relame en lo autorreferencial (“El reptil que cambia la piel / otra vez”, “Y eso que estaba por dormir / queda despierto / y eso que estaba por morir / no morirá en el intento”, o “Un cuerpo que carga / a un alma en pena / pero que quema igual”), como en la celebración de la danza, y la danza como celebración (Aparecen Cuando Bailamos, Baile Guerrero, Danza de los Secretos, o “la cobra y su danza ritual / te encuentro, te pierdo y te busco”, de El Mezcal y la Cobra). “Nos gusta mucho el festejo, la danza como una cuestión tribal, ritual. Tocamos, escribimos, burlamos a la muerte con eso. Bailamos para estar vivos. Para tocar el piano o la guitarra tenés que saber, pero para bailar no tenés que saber nada. Te ponen un ritmo y se te mueve el corazón”, desgrana Fernando.
–Para Simetría de Moebius habían recurrido a una especie de ostracismo en el campo, ¿cómo fue el proceso para este disco?
Fernando: –Igual, sólo que el retiro esta vez fue en la ciudad. Nos borramos de todos lados, estábamos metidos en el estudio todo el día, todo lo que conocíamos eran esas paredes. En algún sentido el campo tenía una cosa un poco más divertida, relajada.
Sebastián: –Simetría fue dos años después del accidente de Gaby, y ahora estamos a dos años de Simetría, así que algo tuvo que haber cambiado. El resultado de este disco es más abierto, pero el trabajo fue mucho más intenso. Hubo cosas que se propusieron en el estudio y quedaron de primera toma, como Baile Guerrero, que es un tema a tres bajos, y los tres están grabados un mismo día.
Macabre: –O el último, Shakulute Peruano, que es una reversión del primero (El Mezcal y la Cobra), grabada en vivo y de primera toma.
Sebastián: –Mismo en Musas, donde usamos la toma de voz que grabó Fer para mostrarle el tema a la gente de la compañía.
Fernando: –No tenemos un método específico pero sí mucho trabajo, muchas horas hombre. Baile Guerrero salió una noche que me quedé solo en el estudio.
–Sin embargo, se nota que hay muchos procesos en el disco...
Macabre: –Muchos. Es la contracara de lo espontáneo. Hay mucha búsqueda, trabajo con los canales, ecualización. Las líneas de bajo, guitarra y teclado cumplen una función súper importante cada una, pero a la vez conviven y forman una masa.
Fernando: –Es un disco muy orquestal.
Macabre: –Es muy importante lo que hace cada instrumento por sí solo. Sin ánimo de compararnos con Bach, acá hay algo de esas obras a tres voces, que cuando las escuchás pensás que con cada una harías un tema. Cada línea es súper interesante y a la vez es necesario que estén juntas.
Fernando: –Tiene mucho ritmo, mucho beat. Escuchás una banda sonando. Hay una conjunción muy interesante de los cuatro, hay un grupo, eso es lo que tiene de bueno. Se ve un grupo. En el disco anterior, por los conflictos que teníamos, no se siente tanto un grupo como en este. Es una sensación.
–Casualmente, o no, ahora los cuatro son bajistas...
Fernando: –Para el disco que viene tiene que haber un tema con secuencia y cuatro bajos. Ya lo hablamos.
Macabre: –Una cuerda cada uno (risas).
Fernando: –Cada instrumento te pone en un lugar diferente. A mí el bajo me encanta. A todos nos gusta, porque escuchás Baile Guerrero, y es un tema guitarrero pero está tocado con bajos. A la izquierda me escuchás a mí, a la derecha a Mac, y en el centro a Seba. Con mi bajo hago algo que inventó Gaby: saco un whammy, un chorus y una distorsión por el equipo de guitarra, y aparte el bajo por otro equipo. Así suenan los dos equipos a la vez.
La obsesión por la simetría de las formas del arte de tapa indica que se trata de un disco de Catupecu, y la superposición de figuras arquitectónicas evidencia la pasión de Fernando por ese arte. No es que haya dejado atrás la poesía nómada y contorsionada que lo caracteriza como letrista –el propio nombre del disco es un indicio de eso–, pero esta vez su inspiración catártica marca el pulso gramatical de la obra. Ese torrente emocional fue más difícil de envasar que nunca: “Es un disco que tiene significancia, carga”, apunta. “Una carga importantísima de música. No digo emotiva porque siempre nos emocionamos. Diría que fue en el que más me costó ponerles títulos a las canciones y al disco. No sabía cómo resumir todo en un solo título. Por ejemplo, Simetría era como una obra todo entero, dicen que lo ponés y no lo podés sacar, pero en este parecemos una banda distinta en cada canción.”
–Hay conceptos distintos en cada disco de Catupecu, ¿eso está planeado?
Fernando: –Está planeado que no tengan nada que ver uno con otro, porque nos aburriríamos, ¿no?
Agustín: –No sé si está planeado o sale así.
Macabre: –Sale así. Es algo muy inherente a Catupecu. Entre discos hay un tiempo de gira, de presentación, que te va nutriendo de experiencias y cuestiones musicales. El momento de grabar es tiempo de registrar todo eso. Ahí es cuando los conceptos se aúnan y las ideas empiezan a bajar, con ayuda y búsquedas de todos nosotros. No pensamos “En este disco vamos a meter piano y bajo acústico”, sino que se macera en el inconsciente. Así pasa con el audio y las letras, donde también hay diferencia entre discos.
Fernando: –Sería imposible que un disco de Catupecu sonara como el anterior. Cambian los estados de ánimo, las ganas, los gustos. Yo en mi vida pensé que iba a tocar con Fender, pero ahora estoy usando una Jaguar y una Telecaster, y estoy fascinado. Nunca perdemos esa capacidad de asombro. A la distancia veo que siempre hicimos cosas muy jugadas, y el arte, si no es eso, no sirve para nada. Ahora escucho Simetría y me siento orgulloso, pero es más difícil que la mierda (risas). Cuadros es difícil, hoy día es el icono de irse al carajo... creo que el único que lo entendió de entrada fue (Germán) Daffunchio, que al mes me agarró y me dijo “¿Sos consciente de que hicieron el mejor disco de los últimos diez años?”, y yo le contesté: “No sé, porque todavía no lo entiendo ni yo”. Veníamos de Cuentos Decapitados y Gaby, un icono del bajo, no tocaba el bajo ¡Una locura! En la Argentina, vos pensás en bajistas y decís Machi, Arnedo, Gabriel Ruiz Díaz. Digo los que se me vienen a la cabeza ahora. Después hay otros muy grosos: Malosetti, Vadalá, Marcelo Torres. Este es el primer disco en el que me dediqué a leer las críticas, y me emocioné. Salió con la pata derecha, vendió, lo que sea... encima es un discazo. Tampoco sabíamos que iba a pegar así, porque se llama El mezcal y la cobra, no va muy bien con Radio Disney, aunque parece que está sonando con todo Metrópolis Nueva.
–¿De dónde viene el título del disco?
Fernando: –El proceso no fue simple, pero se pueden contar los pasos. Se unen dos caminos para este nombre. Cuando grabamos Manuel Santillán, El León (para el disco tributo a Los Fabulosos Cadillacs Vos sabés... Cómo te esperaba, Vol.2) y lo vino a escuchar Albertito Moles, de Pop Art, trajo un tequila y un mezcal. Adelante de las máquinas, en el estudio, tenemos una especie de altar donde están el Guasón, las botellas... Jack Daniel’s. Y estaba la botella de mezcal. El tema El Mezcal y la Cobra ya estaba grabado, pero estuvimos un par de días buscando los teclados. Un día Mac trajo su primer teclado, un Prophecy que compró cuando tocaba en Totus Toss. Eran como las cuatro y media de la mañana, no dábamos más, y después de una hora de buscarle el sonido llegamos a algo parecido a una flauta. Y ahí flasheé que era como la flauta del encantador de serpientes. Eso le dio vuelo al tema. Tanto vuelo le dio, que Mac lo cuestionaba, porque bajo y guitarra son una pasta, pero el teclado suena re despegado. Una vez que hicimos eso había que escribir la letra. Otro día se fueron todos y me quedé solo. El silencio de la sala era terrible y me agarró terror al vacío, el horror vacui de las iglesias, que por eso llenaban todo de imágenes. “Hoy sale la letra”, pensé. Algo muy parecido a lo que pasó con el tema La Llama, de Dale!, que prendí tres velas, le di para adelante, y salió un tema que me encanta. Acá me senté, miré la botella de mezcal y me dio una sensación de plenitud. Para mí el tema era la danza de la cobra, y se me ocurrió lo de “Destapar el mezcal / bebernos de a tragos el mundo / la cobra y su danza ritual / te encuentro, te pierdo y te busco”. Te encuentro, te pierdo, y te vuelvo a buscar. Ahí me di cuenta de que el tema se llamaba El Mezcal y la Cobra. Los títulos caen, en algún momento. Fue muy loco, porque tenía un argumento armado para cada uno de por qué ponerle así al disco, y cuando dije El Mezcal y la Cobra todos dijeron que sí enseguida. Les decía: “¡Hijos de puta! ¡Díganme algo, alguno que me lo discuta!” (risas).
Macabre: –A todos nos pareció obvio que el título era ése. Tenemos un amigo que dice: “Claro, los tipos no le ponen al disco ‘La pizza y la fainá’, le ponen El Mezcal y la Cobra. Ahí ya arrancamos con quilombo” (risas).
–Todas las anécdotas son de madrugada... ¿se quedaban hasta muy tarde en el estudio?
Macabre: –Los días que nos íbamos a las dos o tres de la mañana, decíamos “Nos vamos temprano”. Lo usual era terminar tipo seis, siete.
Fernando: –Y no es que empezábamos a las ocho de la noche, empezábamos a las dos de la tarde. Yo dormía cuatro horas y me despertaba a las diez con alguna letra encima.
Macabre: –Sigue siendo así. El otro día empezamos a ensayar los temas del disco, llegué tipo diez de la mañana, y lo encuentro a éste durmiendo en un sillón, que se había quedado toda la noche buscando un sonido de guitarra.
* Catupecu Machu presenta oficialmente El Mezcal y la Cobra el domingo 4 de diciembre desde las 20 en el Luna Park, Av. Madero 420
MIMÍ MAURA EN CLAVE DUB STYLE
La cantante boricua se fue a Jamaica a mezclar su disco del 2010, “Días de sol” y volvió con 10 versiones de cada canción. Con la primera selección sacaron el disco original, y ahora sacaron “Días de sol Versión Dub”, con una segunda selección más una versión de “Hacia la eternidad”, por la banda electrónica Poncho.
Leandro Falcón - blogrock.com.ar
¿Cómo va a ser la presentación del disco?
Es una oportunidad especial. Vamos a tocar los temas del disco y también vamos a mostrar algunas canciones de boleros de mi padre, Mike Acevedo. Además, es un show apto para todas las edades y es una oportunidad única porque hace mucho que no tocamos en teatros.
¿Cómo surgió la idea de hacer una segunda versión del disco del 2010?
Cuando lo mezclamos en Jamaica con Steven Stanley, nos sentamos a escuchar las versiones que quedaron afuera del disco; versiones diferentes, que estaban buenísimas, que sabíamos que en algún lado teníamos que meter. Después llegó la versión de Poncho y nos enteramos que se agotó la tirada del disco original, así que pensamos en sacar una Dub Version.
Escuchá la entrevista a Mimi
¿Cómo fue el proceso de mezclado en Jamaica?
El trabajo de Stanley fue muy artesanal. Hay algunas canciones en que la guitarra aparece en un plano distinto que el habitual. Después hay otra con un bombo con delay. Le fue buscando distintos protagonistas a las canciones, no siempre simplemente la voz, sino que de vez en cuando la voz sale y llega algún instrumento con cámara o delay a tomar su lugar. Y todo jugando a lo antiguo, de manera artesanal, moviendo botones. Hace mucho que no veía a alguien trabajar de esa manera, bailando, mezclando en vivo.
¿Vieron algo en especial de la manera de trabajar la música de los isleños?
Bueno, estuvimos 10 días en Jamaica. Llegamos con cientos de tracks y nos pasaron al estudio de Bob Marley, para pasarlo todo a cinta analógica, para poder trabajar con eso, que es lo único con que se trabaja allá. Entonces tuvimos que borrar montones de ambientes que habíamos armado. Teníamos miedo de que quedaran cosas afuera, pero la verdad la tenía muy clara el hombre y pudo quedar todo adentro. Hubo nada más un jembé que quedó afuera de una canción que Sergio quería que esté y lo tuvimos que ir a buscar.
¿Vos sentís simpatía por el sonido analógico también, en contra del sonido digital?
Claro. Me gusta mucho más cómo sonaban las cosas antes. El sonido digital simplifica mucho y le saca la calidez que uno extraña de un disco. Con Sergio somos fanáticos del vinilo y escuchamos nuestra música fuerte y en disco.
¿Cómo ves al movimiento reggae en Argentina?
En realidad hay mucho reggae, ha crecido mucho el movimiento. A Los Cafres, aunque no conozca el disco que están tocando, los reconozco donde estén, y es una de las bandas hispanas mas importantes que hay. No se si sentiría lo mismo con otros grupos, han surgido tantas bandas hoy en día, que no se a dónde podemos llegar. La globalización está haciendo que todo esté empezando a sonar un poco parecido.
¿En tus viajes notás que las bandas de lados muy lejanos terminan pareciéndose?
Creo que sí, no siento mucho la diferencia sonora entre bandas de reggae de acá y bandas de Puerto Rico. No siento muchas diferencias. Creo que es un estilo que ha crecido mucho y que es difícil que pare. Es un estilo donde la gente puede bailar sin sentirse que está en una batalla, en una pelea.
¿Sos de salirte del reggae para tocar o escuchar?
Sí, claro. Siempre me gustaron distintos géneros y estilos. Se me hace difícil encasillarme en sólo una cosa. Se que es difícil para algunos, pero somos latinos, somos mestizos, provenimos de las mezclas y hacia las mezclas vamos.
FESTEJO DE LOS ONCE AÑOS EN LA TRASTIENDA
El viernes (11-11-11) el fin del mundo no llegó como algunos vaticinaban. Creyentes o no, Ella es tan cargosa se presentó en La Trastienda, para mostrarle a sus seguidores su disco denominado “Once”, que celebra sus 11 años como banda. Y lo hizo con muchos amigos invitados, como en cualquier cumpleaños.
Yamila Cazabet - blogrock.com.ar
Cerca de las 21:30 hs las luces se apagaron, dando la señal de que el show estaba a punto de comenzar. Los asistentes que se encontraban en el fondo, intentaban acercarse un poco más al escenario. El lugar estaba repleto, sin las mesas y ni sillas, tan solo en la parte superior.
Unos minutos más tarde, el telón del escenario se corrió para darle lugar a Ella es tan cargosa. Una flecha señalando un número 11 en el decorado fue la primera visión. Y luego la música. La banda liderada por Rodrigo Manigot, comenzó con “La Víctima”, “El último corner” y “Comodín”.
Ya en “Mis últimos cartuchos” recibieron la visita de Rubén Gaitán en la armónica. Siguieron “La mano del knock out” y “Pretensiones”. En el siguiente tema fueron acompañados por Tomás, un joven de apenas 14 años, quien es alumno de el Tano y fanático de la banda. Juntos hicieron “Lluvia”.
Tony 70 subió al escenario para hacer “Botella al mar”. “Ni siquiera entre tus brazos” y “Bailame” fueron elegidos para terminar la primera parte del show. Antes de salir del escenario, Rodrigo se dirigió al público: “Lo de siempre, si aplauden volvemos”.
Y los bises llegaron. Dos covers de Los Beatles, esa música que unió a La Cargosa. “I want you (She´s so heavy)” y “Back in the USSR”. El cierre fue con “Donde no van las melodías”, con todos los invitados que pasaron esa noche sobre el escenario.
BISTOLFI: “MI ARTE ES LO QUE VOY ANDANDO Y COMPONIENDO”
“De Rata me quedan los chicos del barrio de Bajo Flores que querían tener una banda de rock y fueron los número uno”.
Yamila Cazabet - blogrock.com.ar
Hugo Bistolfi se encuentra presentando su séptimo disco solista. “Valles y quebradas” es una magnífica combinación del rock con el folklore. “Lo que hice fue fusionar mi base sinfónica, clásica, con todo lo que conocí de la tierra. Fue un trabajo muy interesante fusionar lo rockero clásico con lo pre-hispánico”, cuenta el ex tecladista de Rata Blanca. No sólo define este disco, sino que también cuenta sobre su búsqueda personal, su nuevo camino musical y artístico, su alejamiento de Rata y los momentos que vivió en la banda.
¿De qué trata “Valles y quebradas”?
Es una obra conceptual. El año pasado, luego de la presentación de “Viaje al Cosmos” en La Trastienda, me fui dos meses a Salta y Jujuy. Empecé a componer, a tocar, a grabar con los artistas de estas provincias. Entonces hice una obra conceptual de lo que yo siento desde Cafayate hasta Humahuaca. Me inspiran mucho estar en esos lugares. Es un disco grabado totalmente al revés. Iba componiendo las melodías y grabando arriba de unas bases que se grabaron después. Un día vino Walter Mesa a casa y le comenté lo que estaba haciendo, pusimos los micrófonos en el estudio, empezó a cantar y no lo podíamos creer. Se sintió muy cómodo, él desconocía su propia voz. Yo no tenía ni idea de cómo iba a seguir la parte de las voces.
¿Por qué decidiste hacer esta fusión con el folklore?
Cuando me fui a Machu-Pichu, lo lógico y lo artístico era que tuviera música andina. Sin pensarlo se abrió ese camino. Por supuesto que me sentía cómodo, siempre escuché música andina, entonces era natural. Voy andando, voy caminando. Pero los caminos me fueron llevando a hacer esto. Sin premeditarlo, sin pensar en una carrera de marketing. Mi arte soy yo. Mi arte es lo que voy andando, caminando, componiendo y creando. Es una conjunción de los caminos que voy tomando, de dónde me lleva la vida.
¿Cuánto tiene que ver Córdoba en este camino?
En Córdoba es donde nació toda esta parte de mi ser. En el año ´92 fuimos con Rata Blanca a tocar en La Falda. Esa noche terminaba el festival y se volvían todos. Y yo no se porqué me quedé -ahora sí se por qué- pero en ese momento no lo sabía. Estaba con el bolso en la mano y dije “yo me quedo”. Al otro día aparece una persona que me invita al Uritorco. Siempre fui muy apasionado del tema del cosmos y del universo. Cuando llegué y vi el cerro, sentí algo que no había sentido nunca. Volví para tocar en Buenos Aires y a la semana me fui para subir el cerro y hace 19 años que alterno mi vida ahí. Estar en la montaña me permitió un crecimiento espiritual, un crecimiento personal, ver las cosas de otra manera. Con Rata Blanca éramos la banda n°1 del rock y estar en la montaña me sirvió para ver todo eso desde otro lugar. Yo seguí disfrutando, pero tenía bien claro las cosas. Córdoba tiene “eso”, que fue fundamental en mi vida para encontrarme a mí mismo y ser la persona que soy hoy.
MORPHINE Y UN REGRESO TRIUNFAL
Después de casi quince años y ante un ND/Ateneo repleto, Morphine regresó a la Argentina. Esta vez, con el bluesman Jeremy Lyons en lugar de Mark Sandman, quien murió en 1999.
Fabrizio Pedrotti – blogrock.com.ar
“Fueron, lejos, el mejor público que tuvimos”, dijo el baterista Jerome Deupree a la salida del show de Members of Morphine & Jeremy Lyons el miércoles en el ND/Ateneo. La sonrisa no le entraba en la cara, y no lo podía disimular. No era para menos: todos parados al lado del escenario como en un fogón, coreando el saxo de Dana Colley y cantando en “You look like rain”, fue lo que menos se esperaban los estadounidenses, que tocaron por primera vez en el país en 1997.
El recital había empezado dos horas atrás, con una elección obvia pero contundente: “Have a lucky day”, directo desde “Good”, el primer álbum de Morphine.
La conexión que hubo con el público fue casi instantánea. A Colley se lo notó feliz, y no dejó de hacer chistes y de charlar. “¿Quién estuvo en los shows que dio Morphine en ‘Dr. Jekyll’?” preguntó, y no más de diez manos se levantaron. “Fui pero estaba muy caro”, gritó uno de la platea, a lo que el saxofonista respondió entre risas: “Bueno, buscame a la salida y te devuelvo la plata… si me mostrás la entrada”.
La lista incluyó clásicos (“Honey white”, “All wrong”, “French fries with peppers”, “Thursday”, “Yes” y “Buena”) y por más que faltaron joyas como “The saddest song”, “The night” o “Early to bed”, hubo algunos covers y canciones en donde Lyons se calzó la guitarra al ritmo de un blues propio.
El cantante (quien entró en la banda en 2009) parece tímido, pero no le falta talento. Cambió de bajo a cada rato, y su voz es muy similar a la del fallecido Mark Sandman (quien murió sobre un escenario italiano en 1999), cuya presencia y misticismo se sintió en todo momento. “Él está acá con nosotros”, dijo Colley, que nunca se sacó la galera. El saxofonista hizo maravillas con su instrumento barítono: lo conectó a un amplificador Fender, le sumó unos cuantos pedales de guitarra y consiguió un sonido increíble.
Un párrafo aparte merece la “batería de dos plazas” (la única escenografía, podría decirse), montada para que Deupree, fundador de la banda, y Billy Conway, quien grabó en cuatro discos de Morphine, compartan la percusión. Los dos tocaron al mismo tiempo y cada tanto cambiaron de lado.
Como ya se dijo, el final llegó con “You look like rain”. Y el teatro, repleto y contento como Deupree, tampoco pudo disimular su sonrisa. Morphine volvió, y demostró que por más que hayan pasado casi quince años, nuestro país no se olvidó de ellos. Esperemos que vengan más seguido.
"PITY" ALVAREZ, A JUICIO
El 1 de noviembre del año que viene será juzgado por amenazar con un arma a una fanática luego de sacarle el celular.
Por Agencia DyN
El cantante y líder del grupo de rock Viejas Locas, Cristian "Pity" Alvarez, comenzará a ser juzgado el 1 de noviembre del año que viene, acusado de haberle roto el celular a una fan y de amenazar a la madre de la chica con pegarle un tiro en la rodillas.
El juicio estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 20, integrado por los jueces Luis Niño, Pablo Laufer y Patricia Mallo, el mismo que en febrero juzgará al ex baterista de Callejeros Eduardo Vázquez por el crimen de su esposa, Wanda Taddei.
"Pity" está acusado de los delitos de amenazas, portación ilegal de arma de guerra y daño.
Según la denuncia, el 4 de julio del año pasado una fan se quiso sacar una foto con su celular con Alvarez y, si bien el músico primero se negó, luego accedió y se bajó del auto en el que estaba para retratarse.
Sin embargo, añade la presentación, luego de sacarse la foto el músico le sacó a la chica el celular y se lo rompió.
Ante la agresión, la madre de la joven le recriminó pero el músico sacó un arma y le dijo que no tenía problema en "pegarle un tiro en las piernas".
Por estas causas y otra en la que fue acusado de dispararle un tiro a su manager, pero que ya fue cerrada, el músico estuvo detenido desde septiembre del año pasado hasta fines de marzo, cuando la Cámara del Crimen le otorgó la libertad.
En rigor, Alvarez estuvo internado en una comunidad terapéutica de la ciudad bonaerense de Banfield para recuperarse de su adicción a las drogas, tratamiento que debió continuar por orden de la Justicia cuando fue liberado.
El músico también fue acusado de haberle disparado el 30 de agosto del año pasado un tiro en la pierna derecha a su manager, Alejandro Novara, cuando estaban en la habitación de un apart hotel de Palermo.
Pero no se lo procesó porque se trata de un delito de acción privada que requiere la denuncia de la víctima, y el manager no la presentó.
EL NUEVO OLOR Y SABOR DE KARAMELO SANTO
El combo mendocino editó un nuevo disco, el primero tras la partida de Goy Ogalde y con la incorporación de Fede Flores, en el que dejan claro que van por más.
Por Andrés Fundunklian- Suplemento VOS
“Quiero crear un nuevo estribillo, que te lo aprendas, que tenga brillo. Que diga cosas feas e incoherentes y al cantar se identifique mi gente”. Con esta frase haciendo las veces de manifiesto arranca el nuevo disco de Karamelo Santo, que profundiza la huella que el grupo mendocino marcó promediando los 90s como una rama más del árbol genealógico The Clash-Mano Negra-TTM, pero con el agregado propio de sonidos latinoamericanos y la bandera de la cumbia flameando bien alto.
Desde la intro de Estribillo (tema que abre el disco) también se define la nueva etapa de Karamelo. Una percusión electrónica disparada por Fede Flores, el dee jay cordobés que se incorporó a la banda a fines del año pasado y que tiene una participación decisiva a lo largo de los trece tracks. Scratchs y samples se acoplan naturalmente tanto al reggae más espiritual (La vida es la razón y Colocón) como a los ska-punk furiosos (No más y El viento). Aunque donde definitivamente más se lucen los recursos de Flores es En la oscuridad, con la participación de las voces de Los Ángeles Azules (emblema de la cumbia mejicana); Liar, un rocksteady que repite en inglés “no quiero ser un mentiroso”, y Cumbia pelaa, una canción en la que se vuelve a notar lo que mejor hacen: cumbia-reggae-punk para poner a bailar hasta las piedras.
La gran incógnita era cómo iba a sonar el primer registro en estudio tras la partida de Goy Ogalde, uno de los nombres clave en la formación. Para ello, contaron con la producción artística de los GIT Pablo Guyot y Alfredo Toth quienes lograron un resultado muy satisfactorio. El tándem, sumado a la confirmación de Piro y Gody como cantantes, más los invitados (se destaca la voz de Corvata en Diente) redondean un material que sale muy bien parado.
Llevate mi corazón (con Tilín Orozco) y el tema que cierra ( Grita la Pachamama) le dan el toque folklórico y hasta místico: “Yo soy de todos, no soy de nadie, grita la Pachamama. Yo soy de ustedes y ustedes de mí, dice a los que la abrazan”. Amén.
FITO PÁEZ: BATALLAS ELEGIDAS
Mientras prepara el lanzamiento de “Canciones para aliens”, que sale el 29, Fito Páez dice que no se considera polémico. La historia dice lo contrario.
Por Redacción VOS
En marzo de 2010, Fito ponía fin a sus cruces con Ricardo Arjona, que comenzaron a partir de unas declaraciones al diario Clarín: “No me considero un hombre polémico. Considero polémico a Quique Fogwill, a Caetano Veloso; yo prefiero estar en mi casa tomándome un vino y tocando el piano”. Pero la inesperada confrontación mediática con Arjona no sería la primera ni la última de Fito Páez, un artista que siempre dice lo que siente y lo que piensa sin medir las consecuencias. Eso habla muy bien de alguien que no se inclina por cuidar a un mercado sino por defender sus ideas, aunque a veces irrite a algunos y sea aplaudido por otros. Nadie es indiferente con Fito.
En este 2011, su frase acerca del resultado de las elecciones porteñas lo puso otra vez en el centro del escándalo, en el marco de una campaña electoral recrudecida. Incluso lo quisieron llevar a tribunales, pero la Justicia dictaminó que Páez no discriminó a los porteños al decir que le daba asco la mitad de Buenos Aires que había votado a Mauricio Macri.
A pocos días de editar su nuevo disco, Canciones para aliens, Rodolfo Páez es uno de los números centrales de esta semana en Córdoba. Y seguramente vendrá con mucho para decir, especialmente con un repertorio de viejos éxitos y recientes canciones en las que desde hace décadas tampoco se queda a media lengua.
El nuevo trabajo aborda sin embargo temas ajenos, obras que define como las más hermosas del mundo. Piezas elegidas de un repertorio universal del que se apropia en versiones personales. “Son las canciones que mandaríamos al espacio para que las escuchen allí.”, dijo el rosarino, en una entrevista con diario La Nación antes del lanzamiento del álbum, y donde también explicó que se trata del primero de una serie de discos con canciones de otros lugares y autores. Entre ellos están versiones de temas de Chico Buarque, Stevie Wonder, Pablo Milanés, Ryuchi Sakamoto, Jacques Brel, Charly García entre otros. “La idea del álbum surgió después de grabar una versión de Esta tarde vi llover de Armando Manzanero. Con el productor surgió la idea de hacer versiones de los artistas del mundo, como si las tuvieran que enviar al espacio, cual mensaje en una botella”, agregó Páez. El sábado, una orilla donde encontrarlos.
Fito contra el mundo
Ricardo Arjona. “Si la Ciudad le da 35 Luna Parks a Ricardo Arjona y a Charly García le da dos, tenés que pensar qué significan la política, los diarios en esa ciudad, en la que hay valores que fueron aniquilados”, lanzó Fito, en marzo del año pasado, y prendió la mecha a una polémica que continuó en los medios, respuesta de Arjona mediante. El guatemalteco le escribió una carta abierta: “El señor Fito Páez habla de aniquilación cultural y me menciona. De forma sospechosa señala el inicio de este problema en su país casi de manera simultánea con el descenso claro de su capacidad artística”. Guantes recogidos y devueltos.
Elecciones porteñas. Tras el triunfo de Macri en las elecciones a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Fito escribió impresiones en Página 12. “Da asco la mitad de Buenos Aires. Hace tiempo que lo vengo sintiendo. Es difícil de diagnosticarse algo tan pesado. Pero por el momento no cabe otra”. En Twitter, Facebook, radio y televisión se lo comieron vivo los que se sintieron afectados por la declaración. Hasta sus amigos y cercanos dijeron no compartir el sentimiento y algunos pocos celebraron la valentía del gesto. Páez siguió tocando.
Conciertos por la paz. “Si vamos a ser sinceros, sabemos que son negocio de turno. Se trata de gente bien intencionada, en el mejor de los casos, que pretende concientizar al mundo de que éste puede ser menos horrible”, dijo, a propósito de los conciertos que Juanes y Miguel Bosé a beneficio de Cuba, Venezuela y Colombia. Como devolución, Páez recibió indiferencia de parte de los músicos y una nueva nota alta en su libreta de polémicas de turno.
Hugo Chávez. “Chávez no tolera la disidencia, es intolerante”, dijo, cuando el presidente venezolano declaró persona non grata a Alejandro Sanz, por sus opiniones sobre el gobierno de su país. “Eso es muy sencillo. En cualquier lugar del mundo donde se prohíba cantar a un artista eso se debe condenar. Es una muestra más de la arrogancia y brutalidad de Chávez”, agregó, y les recomendó a los venezolanos a no desesperar, porque “Esto va a pasar. Lo vivimos. Hay que poner la cámara en otro lugar, pensar que los hijos vivirán otra cosa. Son generaciones enteras las que padecen estas transformaciones”.
Joaquín Sabina. “Es un mentiroso profesional, es como una novia borracha”, dijo, sobre su alguna vez amigo y socio musical, después de grabar Enemigos íntimos y despedirse en malos términos de aquel proyecto. Sucedió en el año 2006, y dos años después hubo reencuentro, con reconciliación que no terminó de cuajar en la recuperación completa del vínculo. Sabina le había propinado el primer golpe en la canción Cuando me hablan del destino, incluida en Dímelo en la calle, donde decía que “Charly no tuvo un detalle ni Fito un ¿qué necesitas?”. Agua bajo el puente.
CHARLY GARCÍA VISITÓ A GUSTAVO CERATI
Charly García contó que fue a visitar a Gustavo Cerati hace algunos días. "Todavía estoy esperando el milagro", dijo.
Por Redacción VOS
Charly García confesó que aún espera "el milagro" para que su amigo Gustavo Cerati mejore su estado de salud.
En una entrevista concedida al diario Crónica, y a propósito de su serie de shows en el Gran Rex, Charly también habló del ex Soda Stereo, quien desde mayo de 2010 se encuentra internado en coma, luego de sufrir un ACV tras ofrecer un recital en Venezuela.
"Me llenás de tristeza preguntándome por Cerati... Es un tema muy jodido", dijo García, visiblemente conmovido. “A Cerati lo fui a ver con Pedro Aznar no hace mucho: estaba en una silla y parecía durmiendo. Todavía estoy esperando el milagro”, reveló después, haciendo eco de un anhelo de miles de personas.
SALIÓ CIRO, Y FUE CARNAVAL
Ciro y Los Persas pasaron por Córdoba con un show de hits piojosos y nuevos clásicos que consolida a uno de los frontman más carismáticos del rock nacional.
Por Pablo Leites - Suplemento VOS
Hay que decirlo sin demasiadas vueltas: lo que Andrés Ciro Martínez provoca en términos de respuesta del público lo coloca en el no muy concurrido olimpo de los rockeros más carismáticos del medio local. Y en un lugar privilegiado, independientemente de lo estéril de discutir si se vale para lograrlo de su pasado como líder de Los Piojos, porque entrega todo el tiempo la sensación de que hubiera conseguido lo mismo con la banda que sea.
Las pruebas son el Espacio Quality literalmente repleto, por momentos desbordado de un público coprotagonista del ritual que se debía desde el año pasado, cuando las dos presentaciones inciales de Ciro y Los Persas, y un detalle no menor: si en la previa del concierto y entre los tres primeros temas el coro de la multitud era “vamo’ Los Piojos”, desde Vas a bailar pareció establecerse tácitamente que la arenga era otra: “olé, olé, olé, olé, Ciro, Ciro”. Además, se pone la misma intensidad para corear himnos como El farolito que nuevos hits como Antes y después.
El rodaje de una banda que ya sonaba bien cuando arrancó, el excelente acople de Diego Mano y Rodrigo Pérez como sucesores de Chucky de Ipola y Juanjo Gaspari en teclados y segunda guitarra respectivamente, la ventaja de un setlist salpicado sabiamente con algunos hits ineludibles del repertorio piojoso y las citas a dos de los héroes musicales de Ciro (Pappo sobrevoló con imponentes versiones de El viejo y No obstante lo cual; Sumo con pequeños homenajes a Next week y No te pongas azul, además del malambo dub para Luca), todo se conjugó para que el carnaval fuera completo. Hasta una versión de Magalenha con Broder Bastos al mando hubo.
El nada metafórico calor humano que concentró el recinto de la avenida Cruz Roja se encargó solito de señalar que hubiera sido más apropiado un espacio de más capacidad. “Lindo el lugar este, che. ¿Que es muy chico? Bueno, la próxima hacemos dos”, tiró el frontman, locuaz hasta el punto de bromear en torno al cordobés más famoso. “Para mí que ustedes me quieren un poco porque nací el 11 de enero, como La Mona”, largó en otro momento.
Los Pogos alegres, las canciones justas para dos horas cuarenta, el show de “trapos” al cierre, las caras de satisfacción de quienes encontraron lo que fueron a ver, escuchar y cantar, hicieron el resto. Ciro ya no está (si alguna vez estuvo) “tan solo”.
Lista de temas
1. Banda de Garage
2. El viejo
3. Te diría
4. Vas a bailar
5. Quemado
6. Astros (tema nuevo)
7. Antes y después
8. Tan solo
9. Malambo para Luca
10. Fantasma
11. Blues del gato sarnoso
12. Manjar
13. Blues de la ventana
14. Genius – El mendigo de Dock Sud
15. Servidor
16. Ruidos
17. Como Alí
18. No obstante lo cual
19. Desde lejos no se ve / Ruleta
20. Insisto
21. Magalenha,
22. Pacífico
23. Chucu-chu
24. El farolito
25. Noche de hoy
26. Trapos
27. Intro Himno nacional
TODAVÍA HAY ENTRADAS PARA ROGER WATERS
Desde la empresa que comercializa los tickets, avisaron que quedan las últimas localidades disponibles para ver al ex Pink Floyd en Argentina.
Por Pablo Leites – Suplemento VOS
Desde Livepass, el sitio desde el que se vendieron las entradas para la seguidilla de 9 River que Roger Waters tiene previsto realizar en marzo del año que viene, avisaron esta semana que todavía quedan algunas entradas disponibles.
Hasta el momento, son más de 370 mil los tickets vendidos para ver al ex Pink Floyd en Argentina, de una gira que lleva 120 shows presenciados en total por más de un millón y medio de fans.
Está claro que The Wall Live está destinada a dejar una marca bastante difícil de superar en cualquier rubro, hasta ahora solamente superada por la gira 360° de U2, aunque no por mucho tiempo.
Los premios Pollstar que la industria de la música entrega cada año, tiene otra vez a The Wall Live como nominada en las mismas dos categorías que gano el año pasado: "Gran gira del año" y “Producción escenográfica más creativa".
Por lo pronto, quienes todavía estén evaluando si se prenden o no a la “Wallmanía” en Argentina están a tiempo de conseguir su pase.
FIN DE UN MISTERIO: POR QUÉ SE SEPARARON "LOS PIOJOS"
El guitarrista y fundador de la banda de El Palomar explicó los motivos de la ruptura.
A mediados de 2009 la popular banda de rock Nacional “Los Piojos” anunciaron un “parate” por tiempo indeterminado sin dar demasiadas explicaciones. “Los Piojos no se separan. Tampoco sabemos cuándo volverán a reunirse”, contaba la solicitada.
La carta no convenció a muchos, por lo cual las hipótesis sobre los verdaderos motivos de la disolución Piojosa. Ahora, gracias a una entrevista realizada por Martín Souto en el programa radial “El Aguante”, que conduce junto a Pablo González por la Rock and Pop, Daniel “Piti” Fernández contó el por qué de la separación.
“A la banda la fundé cuando tenía 17 años. Le puse “Los Piojos” por un tema de Fabiana Cantilo: “Los Piojos del Submundo””, contó y agregó: “A pesar de eso, hubo un integrante de la banda que quiso cambiar el nombre… pero lo vamos a dejarlo acá”, rió y concluyó: “Por ahí le quería poner “Los Perchas”, qué se yo” ironizó Fernández en relación con el nombre de la nueva banda del excantante de “Los Piojos”, Andrés Ciro.
La contienda estaba clara: Ciro vs. Piti. Pero faltaban los motivos. “A los 35 años me di cuenta que no estaba para estar chocando o estar discutiendo, me bajé por eso porque estaba saturado”, aseguró y respondió a la repregunta de Souto: “Éramos una empresa y cada uno tenía una parte. Entonces; yo propuse algo que todos votaron en contra. Y bueno, ante una votación unánime en contra, chau”, resumió.
Al consultársele por el motivo de la votación, Piti no anduvo con vueltas: “Que volvamos a ganar todos lo mismo. Porque en un momento Ciro propuso ganar más plata y yo le dije ‘No, Negro. En la banda que fundé yo, no voy a ganar menos que nadie’ –recordó- y me bajé por eso. Creo que es la primera vez que lo digo. Lo venía manteniendo en secreto”, reveló.
Finalmente, recordó el momento de la polémica propuesta de Ciro: “(Ciro) Vino y dijo: ‘Creo que me deberían reconocer que estamos dónde estamos por lo que yo hago’ –contó- A lo que yo le dije: ‘Yo te lo reconozco. Sos un genio. Pero vamos a cobrar todos lo mismo’ –recordó- El resto de la banda creyó que debía ser así, que Andrés tenía que ganar más. Eso pasó durante dos años. Yo lo acepté, pero en el fondo sabía que aceptando eso la banda se iba a terminar”, concluyó.
De esta manera, Pity contó los motivos por los cuales “Los Piojos” dejaron de ser una banda. Parecidos a los que separaron a “Patricio Rey y sus redonditos de Ricota” o al menos con un denominador común: el dinero. ¿Pasará lo mismo con “La Renga” o la banda de Mataderos logrará sobrevivir a los humos de la fama?
ANDRÉS CIRO CONTESTA
"Si te toca liderar, liderás, y si no, acompañás"
Antes del show que dio en Córdoba, Andrés Ciro brindó una entrevista en la que se refirió a las declaraciones de Piti Fernández acerca de la separación de Los Piojos. “Me produjo tristeza, bronca y me pareció una actitud muy baja”, dijo acerca de las acusaciones que recibió de su ex compañero sobre sus formas de manejarse como líder del grupo.
El cantante afirmó:“Si leés bien las notas, cada uno de esos argumentos se contesta solo, yo no quise entrar en un juego que solamente iba a favorecer a los medios y a los que estaban atacando. El tiempo iba a mostrar quién era quién como músico y como persona. Hoy, el 95 por ciento de la gente que trabajaba con Los Piojos trabaja conmigo: más allá de que les doy trabajo, es porque eligen hacerlo. Hubo muchas contradicciones. Había una nota donde un ex Piojos insultaba a Pocho (Rocca, histórico mánager de Los Piojos y actual de Ciro y Los Persas), a Micky (Rodríguez) y a mí, y cuando llegabas al final la última declaración era: 'Igual, por un palo verde vuelvo'. Eso deja claro que se hablaba desde el resentimiento, de una situación de no saber qué hacer y de mucha soberbia, mucho ego. Siempre trabajé y viví de ese trabajo, nunca viví de hablar mal de ex compañeros y no voy a cambiar ahora”.
“Hablar mal de tus ex compañeros de banda es tirarse mierda encima; hubo 20 años para hablar o para irse. Sí, era una queja el criterio poco democrático para elegir de quién eran los temas que entraban en cada disco, y eso es una mentira. De hecho, en 'Espejos' hay cinco temas que eran relegados de la época de Los Piojos y no podían entrar, incluido 'Antes y después', el corte de difusión. Siempre en la banda uno toma y da, hay que adaptarse, lo que me parece es que hay que hacerse cargo de lo que uno hizo y dejó de hacer. Si te toca liderar, liderás, y si no, acompañás. También está el que se deja llevar. Yo era el líder y me encargaba de proponer cosas para escenario, la lista de temas para el show, me juntaba con el que hacía la tapa del disco, daba las notas y dos millones de cosas para las que los demás se relajaban en el tiempo. Entonces, ¿si te relajaste ahora venís con que no estabas de acuerdo? La pasaste bárbaro, te compraste lo que quisiste y resulta que estaba todo mal, cuando en 20 años no te quejaste ni hiciste ningún planteo. Igual, he leído cosas que están tan lejos de la verdad que ni sentido tiene contestarlas. La gente se dio cuenta”, comentó.
PEZ
En Argentina hay dos formas establecidas de ser músico: popular o under. En ese espectro separado podemos encontrar absolutamente todo el catálogo del rock nacional, desde Los Gatos hasta Superuva. Pero en esta forma, como en toda forma impuesta, hay excepciones, y una de ellas es Pez.
Es que la banda liderada por Ariel Minimal tiene un halo de prestigio alrededor que supieron ganarse a fuerza de casi veinte años en la escena. Lugares chicos, lugares medianos y fanáticos que siguen a la banda como si pisaran la huella de un profeta. Fanáticos que crecen día a día, pero que no provocaron ningún cambio en Pez, más que el de la necesidad de tocar más o en lugares de mayor capacidad, como La Trastienda o Niceto, porque cada vez más gente quiere saber de qué se trata eso de Pez en el escenario, una experiencia que alguien le contó a alguien que es imperdible. Y es por eso, en parte, que recientemente-antes de Volviendo a las cavernas, su último disco- colgaron el disco Viva Pez en el famoso portal de intercambio Taringa.
“Venimos grabando con nuestro equipo la mayoría de los shows más importantes en Buenos Aires-nos cuenta Fósforo García, el bajista de la banda- y un día escuchando dimos con un show que nos gustó particularmente, y de ahí salió casi todo el material de Viva Pez. Más allá de lo que implica la grabación de un disco de estudio, creemos que gran parte de lo que somos es una banda en vivo tocando y cada tanto está bueno poder documentarlo.
- ¿Por qué “regalaron” el disco via web?
F.G: Decidimos colgarlo porque era lo que pasaba cada vez que editábamos un disco: a las pocas horas de vender el primer ejemplar ya se conseguía para bajarlo. Nosotros también bajamos música por internet y sabemos que, nos perjudique o no nuestra venta posterior del disco, es algo inevitable. Preferimos ponerlo directamente nosotros. También sabemos que hasta funciona para difundir lo que hacemos. De todas formas, seguimos creyendo en el formato "álbum"... creo que crecimos escuchando discos como obras íntegras, más allá de las canciones individuales. Creo que son cuestiones de gusto personal. Tal vez sea más claro en el rock que en otro tipo de música, pero en general las referencias que tenés de la música la relacionás con tal disco de tal banda. Hablás de Sgt. Pepper y casi seguro hablás del disco, no del tema.
- En su primer DVD, Sesión de Espiritismo, pudimos verlos trabajar en el estudio, ¿En algún momento van a hacer uno en vivo, desde algún show?
F.G.: Hay un par de proyectos dando vuelta: hicimos una suerte de show privado sólo para amigos en 2009, despidiéndonos de los Estudios TNT luego de que los hayan rematado; eso fue filmado y grabado. Ojalá podamos editarlo pronto. También hay algunos shows que nos gustaron bastante y está buenísimo como fueron filmados y grabados y tal vez en algún momento editemos.
- Últimamente están sacando un disco por año, ¿se convirtió en una norma para la banda?
Ariel Minimal: No se nos ocurre sacar un disco con el concepto de exprimirlo... no entendemos el hecho de encanutarse canciones... es el modo que tenemos nosotros de hacer canciones, no nos colgamos en compararnos con otros y decir “ahhh esta banda saca cada cuatro, nosotros saquemos cada uno”... de hacer un estudio de mercado haber a quién le conviene y a quién no. No se, no tengo la menor idea. Nos pinta eso, nos dan ganas de sacar discos nuevos, es algo que evidentemente nos gusta hacer, no lo charlamos ni entre nosotros de por qué lo hacemos o por qué no lo hacemos.
F.G: No se trata de hacer un disco por año como meta en sí misma. Nos pasa que somos una banda que ensaya mucho para poder hacer shows decentes, y esa misma mecánica hace que necesitemos de algún modo tener todo el tiempo algo nuevo para tocar en los ensayos para que no se vuelva tedioso hacer siempre los mismos temas. Así van saliendo nuevas canciones casi todo el tiempo.
- ¿Qué es Volviendo a las Cavernas?
A.M: De algún modo, no tan lineal ni tan claro, es un cuentito todo el disco, y todo nació de una canción que se llama Cavernas, que data de 1992. Tenía otra melodía en esa época pero fue grabada ahora y eso medio que niveló el estado de ánimo del resto del disco. Habla sobre el hombre, de cómo hizo todo mal. Volviendo a las Cavernas es una propuesta para empezar de nuevo. Reculemos, volvamos a casa, pensemos un poco y después vemos qué pasa. A partir de esto se generaron todas las letras que hablan de un escenario, no sé si apocalíptico, sino como estamos ahora una cosa medio de incertidumbre que no entendés mucho qué pasa, que le podés dar bola o no, pero hay mucha información sobre el año 2012 que viene de diferentes lugares y todas te cuentan una cosa que confluye todo ahí.
- ¿Sienten que, pese a tener casi veinte años tocando, siguen teniendo una especie de “aura” under?
F.G.: No tengo la menor idea. No nos consideramos ni under ni no under. No nos hacemos cargo de ningún tipo de aura. Estamos seguros de que somos una banda independiente, eso sí. Hacemos los que nos dicta la gana y lo que nos dejan hacer las posibilidades. Sabemos que, lento pero seguro, nos va cada vez un poco mejor y eso fue así desde que empezamos.
- ¿Cambió algo en ustedes durante el tiempo que estuvieron juntos?
A.M: Seguramente que la experiencia y la edad y los años de hacer las cosas... algo te deja... por más idiota que seas. Los animales que son mucho menos desarrollados que nosotros con prueba y error van aprendiendo las cosas, nosotros ya tenemos 18 años como 12 o 13 discos, no se cuántos, y con todo vas aprendiendo aunque no lo busques, aunque no lo pienses ni te preocupes por eso, te pasa... es natural… Pero es todo una tortura y a la vez todo lo que hacemos, lo hacemos porque queremos. Nadie nos obliga, no tenemos un contrato ni con una compañía ni entre nosotros firmado, pero venimos tres veces por semana a la sala y salimos todos los fines de semana a tocar por todos lados porque se nos va la vida en esto que es lo que hacemos, lo que amamos... entonces no medimos. Si tenemos canciones y ganas de hacer un disco vamos y lo hacemos si tenemos las posibilidades. Al principio nos costaba mucho entrar al estudio y grabar, después ya logramos cierta regularidad y también es lo que nos gusta hacer, más allá de la tortura que implica todo, ninguno de nosotros gana plata por los discos vendidos de Pez. Los discos vendidos de Pez son para grabar el próximo disco y vendemos remeras para generar un dinero extra para poder entrar al estudio... es intenso todo, los ensayos, hay discusiones, nada es como en una oficina donde alguien va cumple con su parte y ya está y se va para la casa, no se, hasta ahora no nos pasó. El día que pase le pegaría una patada en los dientes a ese, no se, y si soy yo espero que alguien me la meta.
- ¿Cuánto influye en el material final de Pez los proyectos paralelos de cada uno? Nos gustaría que nos den un panorama actualizado de lo que esta haciendo cada uno.
F.G: Influye lo que somos los cuatro músicos, las distintas personalidades y particularidades de cada uno. A Pez va todo lo que somos. Ariel está tocando y grabando en un dúo con Flopa. También grabó y está tocando con El Siempreterno. Y Franco está tocando en vivo con su trío (Los Crudos).
- ¿Qué pasó con el C.C.C.Pez, el club de fans que intercambiaba “piratas” de sus shows?
- Ya esta medio desactivado hace un par de años porque los pibes también se hinchan las pelotas de estar detrás de eso, pero porque van creciendo. La gente que venía a vernos hacer 18 años no sé si nos viene a ver ahora, capaz que ya no va a ver más bandas o le gusta otro tipo de música o lo que sea. Gente se mueve todo el tiempo, nosotros somos un par cuarentones y otros se van acercando y nuestro público hay pibes de 16, de 15 o tocas en Niceto y te dicen “uh que bajón, yo tengo 15”... y claro, le faltan tres años para ver a Pez en Niceto, o sea, es un montón cuando tenés 15. Tres años, te falta una vida todavía. No sé si tenemos un grupo de fans, los que hicieron C.C.C. PEZ probablemente ya no escuchen Pez y que tenga otra cosa. Como en internet todo es eterno y todo ocurre ahora pareciera que esta ahí.
Inyección de amor
Uno de los tantos proyectos paralelos de Ariel Minimal es El Siempreterno, una banda que comparte junto a Sergio Rotman y Mimi Maura. El ex Cienfuegos y el Pez nos hablan sobre este proyecto que, en su segundo show, llenó una Trastienda.
-¿Cómo surgió armar el proyecto entre ustedes (Mimi y Rotman) y los músicos (Minimal, Ricciardi y Álvaro Sánchez) teniendo en cuenta que todos tienen otros proyectos ya conformados?
S.R: Con Fernando Ricciardi simos amigos hace treinta años, así que es más lógico tocar con él que con cualquier otra persona. El ruso tocaba conmigo en Los Sedantes y somos amigos desde hace mucho. Ariel iba a ser un invitado del disco, iba a tocar un tema, pero en una tarde grabó todas las guitarras. Con él también nos conocemos hace mucho. Evidentemente quería hacer música con amigos.
- ¿Qué es para ustedes El Siempreterno?
A.M: El Siempreterno es un gusto que me doy: tocar con Sergio canciones de Sergio. Él tiene una composición precisa y distintiva, y siempre me gustó, tenemos la mejor onda y poder compartir escenario y tocar sus canciones es un placer. Además la banda suena bien, está bueno, pero el eje fue Rotman.
S.R: El Siempreterno es un lugar para mis composiciones que no van dentro del repertorio de Mimi Maura. De alguna forma eso ocupa el espacio musical que antes tenía en Cienfuegos. De hecho, cuatro temas del disco fueron demeados con Cienfuegos, pero nunca las grabamos oficialmente. El resto fue todo compuesto específicamente para este proyecto.
- Después tantos años del final de Cienfuegos, ¿les sorprende ver la reacción del público cuando tocan esas “viejas” canciones?
S.R- Si, realmente. Cuando tocábamos en los ’90 teníamos un público seguidor, pero seguramente más escaso del que tendríamos ahora… aunque en 2006 pudimos llenar un par de Nicetos.
-¿Cómo sintieron el hecho de llenar una Trastienda en su segundo show?
A.M: Es muy groso llenar una Trastienda con el segundo show de la banda. Así cierran los números y podés hacer cosas. Acá estamos empezando una banda unos muñequitos que están tocando hace veintipico de años.
- Cuándo hiciste Sergio Rotman & Amigos, en 2002, ¿fue una especie de gérmen de El Siempreterno?
S.R- No, porque eso fue nada más que un tributo a mi maestro: Jeffrey Lee Pierce, un tipo que no tuvo la más puta idea de lo que hicimos porque está muerto desde 1996. El gérmen de El Siempreterno está en mis canciones, en Mimí y en mi cantando juntos, con el ruso, Minimal y Nando.
- Ariel, en algún momento te gustaría componer para El Siempreterno?
A.M- No sé si está bueno que pase eso. Mis canciones las hago sólo o con Pez. Mi motivación para tocar allá es que las canciones sean de Sergio. Si en algún momento nos apoya una multinacional que nos ofrece millones para grabar, si, me sirve meter una o dos canciones (risas), pero mientras nos manejemos así, prefiero que las canciones sean de Sergio.
¿Cómo influyó Manza en el resultado final de las canciones?
S.R - Fue el encargado del Mix, ¡una decisión acertadísima!, habíamos grabado con él para el disco “Mirando Caer la Lluvia”, de Mimí Maura, y lo pasamos super. Manza es uno de los pocos técnicos de sonido con personalidad y sonido propio.
-¿Hay alguna pista del disco nuevo?
A.M- Se supone que en noviembre vuelven Sergio y Mimi y hay un par de shows en Niceto, y seguro Sergio va a traer canciones para hacer un segundo disco.
S.R.- Posiblemente se llame “El Siempreterno Hacia el Mar de Carbón Negro”, pero esta idea puede cambiar radicalmente. Ya está bastante adelantado en composición, y esperamos grabarlo este mes.
40 AÑOS DE LED ZEPPELIN IV
Por: Matías De la Maza
Para 1971 Led Zeppelin ya era una banda de peso para la música de esos tiempos. A pesar de su status, su álbum del año anterior, ”Led Zeppelin III” fue recibido tibiamente, con algunos fanáticos y miembros de la prensa musical derechamente criticándolos (acción de la cuál todos se arrepentirían años más tarde).
Por eso el guitarrista y productor de la banda, Jimmy Page, decidió que para la cuarta entrega del grupo el álbum no llevaría ningún tipo de título, ni el nombre de la banda. De hecho la única lista de canciones del vinilo venía en la cara interior de la caja. Así un 8 de noviembre se lanzó el ahora conocido como ”Led Zeppelin IV”. El álbum de alguna manera fue un súper éxito de ventas, logrando encantar a los fans y críticos, y hasta el día de hoy es reconocido como el mejor trabajo del grupo liderado por Robert Plant.
“…IV” parte con ”Black Dog”, una composición del bajista John Paul Jones, que contiene un ritmo atípico, con múltiples cambios para hacerla prácticamente imposible de bailar, tal como el músico quería. El rockero riff se intercala con la aguda voz de Plant, hasta en el coro mezclarse con una notas altísimas.
Después, ”Rock and Roll” entrega una de las baterías más características del fallecido John Bonham. La melodía hace tributo a las composiciones más tempraneras del género, llevando un ritmo frenético que culmina con un excelente solo de Page. ”The Battle of Evermore”es una joya del lado acústico de la banda. Jones pasa a la guitarra acústica y Page a una mandolina, construyendo una melodía de capas y suaves textura como base a las armonías entre las voces de Plant y la cantante Sandy Denny.
El final de la primera cara del álbum fue en su minuto toda una revolución en el mundo musical: la épica “Stairway To Heaven”. La canción más reconocida de los Zeppelin se construyó como si fuera prácitcamente una composición clásica, generando múltiples ambientes y cambios de ritmo, para estallar la tensión al final. Desde el principio con la guitarra de seis cuerdas y la flauta, hasta el inolvidable solo de Page y los chillidos de Plant al final, el tema entra fácilmente a competir como uno de los mejores de la historia.
La segunda cara del vinilo parte con ”Misty Mountain Hop” un blues psicodélico llevado por el juego entre el piano eléctrico de Jones y el riff de Page. Luego viene “Four Sticks”, donde una rockera y frenética guitarra se alía con una tribal batería de Bonham (que le da el nombre a la canción al tocar con cuatro baquetas).
La gentil balada acústica ”Going To California” da lugar al espectacular final del álbum, con un blues de 1929 retrabajado, pero al escuchar la versión de Zep, simplemente da lo mismo quién lo compuso: Esta es la versión definitiva. Hablo de ”When The Levee Breaks”, una canción en un tiempo más lento que las demás, pero infinitamente más pesada. Bonham golpea su instrumento con furia, mientras Page le saca la mayor distorsión que puede a su guitarra, todo esto junto a un Plant exigiendo su garganta al máximo mientras acompaña con su armónica.
“Led Zeppelin IV” es de esos álbumes simplemente perfectos. No sólo es musicalmente extraordinario, si no que la producción de Page es más cuidada que la de muchos discos de la actualidad. Su legado sigue pesando en cualquier banda de hard rock que haya venido en adelante. Puede ser fácilmente considerado como el trabajo definitivo de esa leyenda que es Led Zeppelin.
LOS HIJOS DE BOB MARLEY: HEREDEROS DE UNA LEYENDA
Un viaje por uno de los misterios de la música del siglo 20: cuántos y quiénes son los hijos de Bob Marley. Damian, uno de ellos, toca este sábado en el Personal Fest, en Buenos Aires.
Por Andrés Fundunklian - – Suplemento VOS
Cada vez que se acerca una nueva visita de algún fulano con Marley de apellido (no de sobrenombre, como nuestro torpe conductor), las mismas preguntas vuelven a surgir. ¿Cuántos hijos tuvo en realidad el mítico cantante? ¿Con cuántas mujeres? ¿Todos se dedicaron a la música? De los músicos, ¿alguno no interpreta canciones de su padre? La primera pregunta no tiene una respuesta certera, aunque sí aproximaciones. Si uno bucea en la Web encontrará distintos listados y teorías sobre la paternidad de Mr. Bobby, como lo bautizara Manu Chao. De lo que no hay dudas es que su descendencia fue muy abundante.
Mientras su música conquistaba el mundo, la vida personal de Marley siempre fue muy criticada, ya que además de tener hijos con nueve mujeres, el jamaiquino vivió historias con unas diez amantes distintas. Más allá de cualquier opinión o prejuicio, lo cierto es que él creía y predicaba el amor en todas sus variantes y así lo llevó a la práctica.
En la antesala del show de Damian Marley este sábado en el Personal Fest porteño (en algún momento se rumoreó que podría llegar a Córdoba, pero quedó en la nada), la situación ameritaba una nueva revisión del árbol genealógico. Tras varias horas de recopilación de datos entre páginas oficiales, blogs y redes sociales que terminaron por provocar un mareo de links, llegamos a la conclusión de que Bob Marley tuvo 11 hijos naturales con nueve mujeres distintas. Tres (Cedella, Ziggy y Stephen) con Rita Anderson, su histórica compañera, de quien además decidió adoptar otras dos hijas. Por su
parte, Lucy Pounder (madre de Julian) le atribuye además la discutida paternidad de Nahum, nacido casi tres meses después de la muerte Bob. Si a estos siete le sumamos otros tantos (ver Los otros) se redondearían los 14 herederos. Todo un número.
Damian “Jr. Gong”, el presente
Es el único hijo de Bob con Cindy Breakspeare, quien fue Miss Mundo en 1976 y una de las “aventuras” que los rastas más ortodoxos nunca le perdonaron (mujer blanca y bella que encarnaba las tentaciones de Babylon). Al ser uno de los más jóvenes de la dinastía, recibió influencias de sonidos más actuales, por lo que su estilo está mucho más cercano al dancehall y al hip hop que al clásico roots. Esto se vio reflejado en su exitoso disco Welcome to Jamrock que le valió dos Grammy, y en su actual participación en Superheavy, el supergrupo que integra junto a Mick Jagger, entre otros, y que le dio gran reconocimiento. Heredó la pasión de su padre por el fútbol, lo que lo llevó a fundar un equipo propio (FC Zion) que milita en las divisiones de ascenso de Inglaterra.
Cedella “Nice time”, la mayor
Su primera hija con Rita, a la que bautizaron con el nombre de la madre de Bob. En su carrera musical, que por supuesto fue muy precoz, se destaca su participación en los Melody Makers y versiones de Nice time (la canción que Bob le compuso a los pocos días de nacer y que la acompañó como apodo en sus primeros años) de Can you feel the love tonight de Elton John para el disco The Disney Reggae Club. Tuvo un paso fugaz por el cine (Joey Breaker, 1993) y luego se dedicó de lleno al diseño de indumentaria. Arrancó con la colección Catch a Fire (en honor al primer disco de su padre) y ahora trabaja en el vestuario de los atletas jamaiquinos para los Juegos Olímpicos Londres 2012, incluido el del multicampeón Usain Bolt.
“Ziggy”, el principito
Si alguien lo llama David por la calle, difícilmente se de vuelta. El apodo que le puso su padre ya lo superó. Es el hijo mayor de Bob con Rita y el más parecido físicamente a él. Según cuenta Ziggy, la música fue el principal juego en su niñez. A los 10 años ya se instaló en el estudio y grabó su primer disco, Children Playing in the Streets. Luego llegó el gran éxito en la década de 1980 con los Melody Makers, que derivó en una exitosa carrera solista con un reggae de corte “familiar”. Fue el primero en pisar suelo cordobés: en marzo de este año, como parte del Pop Festival que encabezó Shakira. En aquella oportunidad habló de cómo lleva la mochila Marley. “Es un orgullo continuar con su mensaje”, le dijo a VOS. Ah, el legado de su padre no es sólo musical. Ya tiene seis hijos.
Ky-Mani, el tímido
Es miembro de la nueva generación Marley junto a Damian. Nació en Jamaica fruto de la relación de Bob con la campeona de ping-pong Anita Belnavis, aunque de niño se mudó a Miami. A pesar de sus apariciones en cine y televisión, se lo considera uno de los más introvertidos del clan. No es muy adepto a las entrevistas y en los shows es más bien discreto. Su música habla por sí sola, con un estilo hiphopero y explosivo. Así lo demostró en su visita a Córdoba hace algunos meses, en un festival junto a Mykal Rose y Zona Ganjah en La Vieja Usina. Un show corto, de pocas palabras, pero muy potente.
Rohan "Ruggu", el empresario
Es uno de los casos más curiosos del listado. Es hijo de Bob y Jane Hunt, de la que no se conocen muchos datos más que lo crió hasta los cuatro años y luego lo dejó al cuidado de su padre y Rita. Al parecer el niño era tan revoltoso que fue enviado a vivir a Miami con su abuela. ¿La solución? Lo mandaron a canalizar energías en el fútbol americano y terminó siendo un jugador profesional. Todo cambió cuando conoció a Lauren Hill, en ese momento cantante de los recordados Fugees (uno de sus primeros hits fue una versión de No woman no cry, con Stephen, otro hijo de Bob, como invitado). Con ella tuvo cinco hijos. Se dedicó a manejar Tuff Gong, el sello de su padre, y se hizo productor de café (Marley coffee).
Los otros
La primera hija de Bob Marley, Imani Carole (la tuvo a los 18 años junto a Cheryl Murray), siempre fue una incógnita hasta que hace algunos años Facebook lo hizo: un fan que tiene una web dedicada al músico se pudo contactar y confirmar el dato. Sharon y Stephanie son hijas de Rita y fueron adoptadas por Bob. La primera formó parte de los Melody Makers y tuvo una breve carrera como actriz (The Mighty Quinn con Denzel Washington); mientras que la otra es el “bocho” de la familia: psicóloga recibida y encargada de los negocios junto a Rita.
El caso de Robbie es paradójico. Es hijo de una de las novias de la adolescencia de Marley y lleva el mismo nombre de su padre (Robert Nesta) pero su vida no tiene nada que ver con la música; su pasión son las motos. Stephen es “el productor”. Segundo hijo con Rita, fue el cerebro de varios discos de sus hermanos, además de llevar adelante el proyecto Chant Down Babylon, un original material con temas de su padre en formato mash-up junto a célebres cantantes. Además sacó el exitoso Mind control (2007), ganador de un Grammy.
La tercera hija mujer de Bob es Karen, concebida con la inglesa Janet Bowen. Al igual que Cedella, se dedicó al diseño de ropa (de hecho arrancó con ella), aunque en este caso se especializa en zapatos y accesorios. Julian, también músico, tiene la particularidad de tener una de las voces más parecidas al gran Bob.
Por último, Makeda nació muy pocos días después de la muerte de su padre y no formó parte del clan. Heredó un casa en las afueras de Philadelphia en la que puso un pequeño vivero con “tres pajaritos”.
ANDRÉS CIRO MARTÍNEZ: “NO ME VA LA COSA ESNOB”
Andrés Ciro Martínez viene a Córdoba con Ciro y Los Persas. Quiere preservar el recuerdo de Los Piojos, y defiende su baja exposición mediática.
Por Pablo Leites – Suplemento VOS
Hace dos años, Andrés Ciro Martínez todavía estaba en la tarea de digerir lo mismo que miles de fans de Los Piojos: la banda que por 20 años supo ser norte y razón de su existencia rockera ya no era, y la incertidumbre respecto del destino de uno de los líderes más convocantes del género en su versión rioplatense era la mueca que nadie podía ocultar.
Desde entonces y hasta hoy, Ciro se sobrepuso. Como el rey persa que llevaba su nombre, juntó fuerzas y reagrupó soldados para un nuevo proyecto, compuso canciones y grabó un disco, justamente como Ciro y Los Persas, en un lapso de tiempo en verdad bastante corto. Había razones. “Quería salir a tocar, quería preparar un material que funcionara en vivo, y que fuera rock. Había juntado una banda que sonaba bien y busqué hacer un disco potente, rockero y salir ya. Estaba muy caliente, muy triste con el final de Los Piojos y no quería caer en esa cosa de ‘ahora qué hago’, y todo se fue dando rápido”, recuerda hoy, a días de volver a Córdoba con su proyecto afianzado.
Córdoba, y no otro, fue el lugar donde hubo un primer show de prueba cuando aún no había disco, y donde más tarde se hizo el primer concierto de presentación de Espejos, ese primer álbum nacido de las cenizas de Los Piojos. “Desde aquel que fue un tester y el Orfeo que hicimos después con la presentación para acá, ha cambiado mucho el espectáculo que damos, y hoy estamos mucho más aceitados como banda, más fluidos entre nosotros. Crecimos”, anuncia Ciro.
Un show, el del domo cordobés en agosto del año pasado, que hoy evalúa como con la maquinaria al 70 por ciento, por nervios del debut, falta de rodaje de los músicos entre sí y una rodilla que lo tuvo a maltraer durante toda la presentación. Había que llegar mucho más arriba en cuanto a lo que el ex Piojos pretendía. Y se llegó, a fuerza de una gira que lo conectó con su público de todo el país. “Claro que había intriga por saber si conocerían los temas, si en una de esas irían a escuchar a Los Piojos, y la verdad es que nos vimos sorprendidos por gente que coreaba los temas de Espejos con un fervor emocionante en todos lados”.
–¿Cómo te llevás con las canciones de Los Piojos? A Cerati le supo pasar después de Soda, a Spinetta después de Almendra, de no querer visitar etapas anteriores.
–Son canciones que ya le pertenecen a la gente, y que además a mí me gusta hacer en vivo. En casi todos los casos las compuse yo, y cuando no las compuse yo les hice la letra, las siento propias. De hecho, armo la lista y hay un tercio, o sea ocho o nueve temas sobre 24 ó 25, que son de Los Piojos. No me va de todas maneras el fundamentalismo nostálgico. Es respetable lo de Cerati y Spinetta, pero no es mi caso.
–A diferencia de otros músicos del rock local, no sos muy amigo de aparecer en medios por otra cosa que no sea música. Sos poco mediático.
–A mí no me va la cosa esnob, ni la onda Pomelo, mucho menos eso de creerse distinto y ser afectado para hablar y cantar. No me gustan las afectaciones y quise que Los Piojos tuvieran una onda lo más natural y relajada posible. Además, trato de no tener un perfil que exceda lo que me compete, porque si no uno termina hablando boludeces y esclavo de lo que dice y de la necesidad de figurar, de estar en los medios.
–Salvo cuando hay que hacerlo…
–Me sirvo de los medios, en todo caso, para hacer llegar lo que hago y nada más. Intento no estar al pedo ahí. Si voy a hacer un show, o saco un disco y me viene bien para difundir, o para visitar un amigo en un programa, lo hago. Pero no me gusta lo que se genera a partir de eso y terminar opinando de cualquier boludez. Eso me ha traído problemas con algunos medios, sobre todo gráficos, porque se sienten ofendidos. En algunos casos son los medios que creen que les debés tu carrera, algún suplemento muy famoso. Me pasó de no querer opinar sobre alguna estupidez y al siguiente número encontrar que me dan con un caño.
–Hablando de opinar, ¿cómo ves el momento actual de la cultura, con buena parte de la colonia artística apoyando abiertamente una gestión de gobierno?
–No estoy tan al tanto como para saber si es así, porque siempre me moví de una manera independiente y no participo de iniciativas del gobierno. Me parece, sí, que hay mucho por hacer. Generar espacios para las bandas que empiezan, propiciar leyes que fomenten la música en vivo, lugares para que los músicos jóvenes toquen, sean salas chicas o grandes. Con el bienestar económico ha crecido la demanda de espectáculos, y se necesitan espacios. Siempre hubo falencias en ese sentido. Cuando yo hacía teatro recuerdo que estrenamos la sala del Centro Cultural Ricardo Rojas, que es de la UBA, y no tenía ni camarines.
–¿No tuviste propuestas de cine o tele para volver a la actuación?
–Hubo alguna propuesta de conducir programas. Una vez para hacer unas entrevistas en cárceles o algo así, y otra para hacer algo como lo que hace el Chango Spasiuk, recorriendo el país para entrevistar músicos. También Rodrigo Espina, director del clip de Bicho de ciudad, el mismo que hizo la peli de Luca, me ofreció actuar en una película. Pero no me gustó el guión, no me cerró para mí el papel que había. Eso fue todo, y por ahora no se dio nada.
–Hubo, tras la disolución de Los Piojos, la idea de que el malo de esa película habías sido vos, que ejercías un liderazgo no del todo correcto en la banda. ¿Cómo tomaste eso?
–Me produjo tristeza, bronca, y me pareció una actitud muy baja. Pero si leés bien las notas, cada uno de esos argumentos se contesta solo, yo no quise entrar en un juego que solamente iba a favorecer a los medios y a los que estaban atacando. El tiempo iba a mostrar quién era quién como músico y como persona. Hoy, el 95 por ciento de la gente que trabajaba con Los Piojos trabaja conmigo: más allá de que les doy trabajo, es porque eligen hacerlo. Hubo muchas contradicciones.
–¿Cuáles, por ejemplo?
–Había una nota donde un ex Piojos insultaba a Pocho (Rocca, histórico mánager de Los Piojos y actual de Ciro y Los Persas), a Micky (Rodríguez, bajista) y a mí, y cuando llegabas al final, la última declaración era: “Igual, por un palo verde vuelvo”. Eso deja claro que se hablaba desde el resentimiento, de una situación de no saber qué hacer, y de mucha soberbia, mucho ego. Siempre trabajé y viví de ese trabajo, nunca viví de hablar mal de ex compañeros, y no voy a cambiar ahora.
–También se dijo que había siempre más temas tuyos que del resto.
–Me pareció poco inteligente. Hablar mal de tus ex compañeros de banda es tirarse mierda encima; hubo 20 años para hablar o para irse. Sí, era una queja el criterio poco democrático para elegir de quién eran los temas que entraban en cada disco, y eso es una mentira. De hecho, en Espejos hay cinco temas que eran relegados de la época de Los Piojos y no podían entrar, incluido Antes y después, el corte de difusión. Siempre en la banda uno toma y da, hay que adaptarse, lo que me parece es que hay que hacerse cargo de lo que uno hizo y dejó de hacer. Si te toca liderar, liderás, y si no, acompañás. También está el que se deja llevar.
–Y en Los Piojos estaba claro que eras el líder.
–Y sí, yo era el líder y me encargaba de proponer cosas para escenario, la lista de temas para el show, me juntaba con el que hacía la tapa del disco, daba las notas y dos millones de cosas para las que los demás se relajaban en el tiempo. Entonces, ¿si te relajaste ahora venís con que no estabas de acuerdo? La pasaste bárbaro, te compraste lo que quisiste y resulta que estaba todo mal, cuando en 20 años no te quejaste ni hiciste ningún planteo. Igual, he leído cosas que están tan lejos de la verdad que ni sentido tiene contestarlas. La gente se dio cuenta.
El recuerdo de Tavo
Entre los malos tragos que debieron pasar los integrantes de esa banda de amigos que fue alguna vez Los Piojos, el más amargo debe haber sido el enfrentamiento judicial que marcó claramente una línea divisoria. Del lado enfrentado a Ciro estaban juntos el guitarrista Daniel “Piti” Fernández, el baterista Sebastián “Roger” Cardero (que había entrado tras la partida de Daniel Buira en el año 2000) y el también violero Gustavo “Tavo” Kupinski. La muerte de Tavo, en enero pasado en un accidente automovilístico junto con su familia, fue uno de los momentos más tristes del año rockero. Por eso, y porque dos décadas de amistad y camaradería de banda no suelen arrugarse ni siquiera en tribunales, valía la pregunta.
–¿Cómo te pegó lo de Tavo, en ese contexto?
–Lamento en el alma la tragedia de Tavo. Cualquier cosa que haya pasado antes pierde sentido frente a eso. Tavo no estaba bien y me produjo muchísimo dolor lo que le pasó. Y la verdad, no estoy de acuerdo con ensuciar una historia que fue maravillosa para todos y nos hizo ser quienes somos hoy, pero sobre todo que fue maravillosa para la gente.
AUTÉNTICOS DECADENTES
25 AÑOS DE ÉXITO CON NUEVO CD/DVD Y GIRA
Los festejos comienzan este 4 y 5 de noviembre en el Palacio de los Deportes del DF mexicano junto a invitados especiales.
Los Auténticos Decadentes inician este viernes 4 y sábado 5 de noviembre las celebraciones por su cumpleaños número 25.
La cita es en el mítico Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, estadio en el que grandes artistas como AC/DC, Oasis, Paul Mc Cartney, Roger Warters, U2, Caifanes y Café Tacvba, entre muchos otros, han hecho vibrar al público azteca.
Allí, los Deca festejarán no sólo sus Bodas de Plata sino también sus 4380 días de música, sus 300 meses de gira y sus 25 años de mística con sus seguidores decadentes: los de siempre, los de ahora; los de su generación, los de las que siguieron y de las que vendrán.
Habrá participaciones muy especiales (Café Tacvba, Kapanga), la presencia de No Te Va Gustar y Dr. Krápula como bandas invitadas y una filmación con 30 cámaras que registrará toda la emoción de una celebración única.
De todos modos, vale aclarar que la fiesta continuará a lo largo de todo el 2012, no sólo con una importante gira por Latinoamérica y España, sino también con la edición especial de un CD/DVD en calidad Blu Ray.
¡¡¡Felicidades Decadentes!!!
LA VELA PUERCA: “’PIEL Y HUESO’ ES AMBICIOSO PERO NATURAL”
El “Enano” Teysera y el “Cebolla” Cebreiro cuentan todo sobre el nuevo álbum doble de la banda uruguaya.
A dos años del lanzamiento del DVD y doble CD Normalmente anormal y a cuatro de El impulso, La Vela Puerca vuelve a ser noticia de la mano de Piel y hueso, su nuevo álbum de estudio.
Pero, en esta oportunidad, el combo uruguayo no se anduvo con chiquitas, ya que su quinto trabajo discográfico de estudio viene en formato doble y con 18 canciones, reservando su costado más rockero para el primero de ellos (con “Sobre la sien” y “Polidoro” como pasajes destacados) y su lado más sensible, acústico y apacible para el restante, donde sobresalen “Hoy” y “Sé a donde quiere ir”.
Con “La teoría” como primer corte de difusión, Piel y hueso fue editado de manera independiente a través del sello Mi Semilla, grabado en los estudios Los Pinos, en Sauce, Uruguay, entre mayo y julio de 2011 con la producción de Rodrigo Gómez; mezclado en agosto en Panda, Buenos Aires, y masterizado en septiembre en Sterling Sound de la ciudad de Nueva York.
Dos días antes de dar el puntapié inicial al Piel y Hueso Tour en la ciudad de Rosario y emprender así una nueva y esperada recorrida por gran parte de la Argentina, 10Música dialogó con los dos cantantes y principales compositores de la agrupación charrúa, Sebastián “Enano” Teysera y Sebastián “Cebolla” Cebreiro, quienes desgranaron los pormenores de este ambicioso proyecto musical.
PARALAMAS, JUNTO A CHARLY Y FITO
Lucas Seoane – blogrock.com.ar
Emoción generó volver a ver a Herbert Vianna arriba de un escenario haciendo música. Alegría y baile provocó Paralamas en la noche del miércoles en el Rex. Euforia desataron Charly García y Fito Páez cuando se sumaron a la banda brasilera.
Con un inicio de clásicos, de la mano de “Dos Margaritas” y “Vamo Bate Lata”, el conjunto brasilero más argentino del rock recorrió todas las etapas de su larga carrera.
A más de diez años del accidente que lo dejó en sillas de ruedas, Herbert se mostró frío en el trato con el público pero regaló calor en “O beco”, “Oculos”, “La bella Luna”. A la mitad de “Hablando a tu corazón” el teatro estalló cuando es escena apareció el autor de dicho tema. “Olé Olé Olé, Charly Charly”, cantó el público y Herbert se pegó con “Olé Olé Olé Fito, Fito” y las palmas de la audiencia volvieron a rugir. Con el rosarino en guitarra y García ya instalado en los teclados improvisaron una confusa pero eficiente versión de “Ciudad de pobres corazones”.
Lo que siguió a lo largo de la noche fue un éxito tras otro: “Linterna de los afiebrados”, “Caleidoscopio”, “O calibre”, “Mi error”, “Uma Brasileira” y “Alagados” (mitad en portugués y mitad en ese español perfecto que el cantante maneja).
Los bises mantuvieron al público de pie y danzando con “Coche viejo”, “Meló Do Marinheiro” y el cover de Sumo “Yo quiero a mi bandera”. Con García de nuevo en los teclados, Paralamas se despidió a lo grande con otro clásico de García: “Hormigas”.