El 22 de octubre fue declarado el Día Nacional del Derecho a la Identidad como reconocimiento al trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo en la recuperación de la identidad de los chicos y chicas apropiado durante la última dictadura militar.
“No puede pensarse en vivir sin identidad. La identidad trasciende el nombre en un documento, abarca todo, es lo que se lleva en la sangre, la herencia, las costumbres, la historia, la cultura y es ahí donde llegamos a un punto que no tiene retorno” dice Estela de Carlotto.
Las Abuelas que continúan buscando a 400 nietos apropiados por la dictadura militar sostienen como concepto institucional fundamental el de devolverle a los nietos robados sus derechos, que conozcan de dónde vienen y su historia.
Es un derecho que ha modificado leyes, conciencias y pensamientos políticos porque no se puede obviar que en el país hubo delitos de lesa humanidad que son imprescriptibles, que afecta a toda la sociedad y que fue el Estado mismo que privó de esos derechos y el Estado es el que tiene obligación de devolverlos.
La organización Abuelas de Plaza de Mayo nació en un contexto complejo y oscuro de la historia argentina: el llamado Proceso de Reorganización Nacional. Al momento de comenzar su valiente tarea, este conjunto de mujeres enfrentó enormes dificultades, ignorancia y amenazas.
Hoy, 34 años después de sus inicios como organización, continúan con la lucha por la recuperación y la defensa de la identidad de sus nietos, apropiados durante la última dictadura militar.
Pero aun en ese momento hubo quienes lucharon y lo siguen haciendo porque se respeten los derechos y la dignidad de las personas. Conocer los orígenes y la historia de las Abuelas de Plaza de Mayo es acercarse a uno de los períodos más tristes de nuestra historia, pero es también un intento por comprender el significado de los derechos humanos y de la memoria para poder pensar un presente y un futuro más justos.
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